www.euromundoglobal.com

Opinión: “Cuando Éramos Españoles…”

La sonrisa de la Esfinge

Por Laureano Benítez Grande-Caballero (*)

sábado 09 de julio de 2016, 02:44h
La sonrisa de la Esfinge
09JUL16.- Habían montado la campaña electoral como quien monta una kabalgata de un orgullo de esos, desde cuyas carrozas nos lanzaban sonrisas como quien arroja caramelos a sus marjorettes, como quien desencadena una lluvia de pétalos de rosa con fondos nupciales. Sí, era la kabalgata de la sonrisa, la Fiesta del Orgullo de Sonreír.

Decían que eran la sonrisa de un país ―¿cuál? ¿no dicen que España es un pluripaís?―, la sonrisa del destino; pero al final, cuando se les heló tras la debacle electoral, resulta que se quedaron con la sonrisa de la Esfinge. Dolorosa, pero mejor que el corazoncito multicolor del logotipo que enarbolaron, pues se les quedó «partío».

El caso es que pretendían seducirnos con sus sonrisas alfa, y el pueblo español les dio unas calabazas cósmicas. Como haya terceras elecciones, les rociaremos con spray de pimienta. Al tiempo.

Mas esa campaña profidén de las sonrisitas era en realidad una pantalla con la que los radikales pretendían encubrir el lema que sintetizaba su programa electoral: «montar el pollo». O sea, de las sonrisitas nos vamos a los montaditos. Lo malo para UP es que el pollo que iban a montar en nuestro país les salió sin cabeza. Vamos, que les salió un «Sleepy Hollow» a la española.

Y ahora van por esos montes y riberas, por salones y hemiciclos, por asambleas y círculos como pollos sin cabeza, conjurando en sus vudús caribeños a espíritus que les expliquen la somanta que se han llevado.

Por ahí está Pablito, que a lo mejor no se come el Turrión estas navidades; a su monaguillo Íñigo le han metido un er-rejonazo de aquí te espero; Luis Alegre ha perdido su casto apellido; el Monedero lo ha perdido por ahí, en cualquier estación de metro; la Irene no se comió un rosco en su montería; el ex - JEMAD volvió a tirar con balas de fogueo; a la Bescansa se le fastidió la mamandurria porque se le quedó mala leche; y en cuanto al Garzón, pues ahora mismo está hecho un lío con eso de los patriarcados.

Lo peor es que, al perder la cabeza, muchos candidatos podemitas no pudieron conseguir el codiciado status de «pollopera», pues perdieron «la pera», es decir, la renta vitalicia, el trabajo asegurado, las privilegiadas prebendas, y sus buenos caudales de dinero. Y, ¿dónde acaba un pollo sin cabeza y sin pera? Pues lo más probable en Kentucky Fried (USA), o en cualquier OK. Corral.

Pero su destino final apunta hacia Sleepy Hollow, terrorífico valle americano cuajado de espectros, el más famoso de los cuales es el «Jinete sin Cabeza», de quien se dice que es el fantasma de un antiguo soldado de la Guerra de la Independencia de Estados Unidos al que una bala de cañón le descuajeringó la cabeza, la cual busca nocturnamente en los escenarios de la batalla sonde la perdió. La historia, aunque con raíces medievales y aportaciones de la mitología celta y alemana, fue dada a conocer por una novela corta de Washington Irving, en 1820.

Y en esas estamos, con los jinetes podemitas buscando sus cabezas por tenebrosos valles, interrogando a las Esfinges, investigando a los heteropatriarcas, convocando sus Círculos, revolviendo pucheros a ver si encuentran algún voto más que llevarse a la boca.

A mí me da por pensar que, si es verdad lo del «voto del miedo», este terror robespierreano que infundía UP a base de hablar de guillotinar en sus barbacanas tuiteras a banqueros, jueces, y derechones se les ha vuelto en su contra, y resulta que son ellos los que han perdido la cabeza.

Ignominiosa derrota la de Pablete, trasunto del mariscal Von Pablus haciendo el ridículo ante las trincheras de Moncloagrado, devorado por la Esfinge al ser incapaz de responder adecuadamente al enigma que ésta le planteó: «¿Por qué perdiste las elecciones, macho alfa?».

Un politólogo como él tendría que haber recordado que la Esfinge era hija de los amores entre la Quimera y Tifón. O sea, que todo encaja a la perfección: en su madre tenemos su programa electoral; y en su padre «la hostia de proporciones bíblicas» ―Turrión dixit― con que el pueblo español les ha condenado a galeras.

Pero la pregunta clásica de la Esfinge era otra: «¿Cuál es el animal que tiene voz y que al mismo tiempo es un bípedo, un trípedo y un cuadrúpedo?» Solamente el famoso Edipo logró responderla: «El ser humano».

Traduciendo a la realidad española el enigma de la Esfinge, su respuesta es sumamente sencilla para cualquier español: «¿Qué político no tiene cabeza y es a la vez comunista, socialdemócrata, cristianodemócrata y socialcristiano?». ¡Como para no perder la cabeza!

(*) Laureano Benítez Grande-Caballero es escritor

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (19)    No(0)

+
1 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8