En otros casos, el valor del oro parece verse impulsado exclusivamente por factores técnicos. Se dice que una aceleración de la inflación es positiva para el metal, en tanto los inversores buscan una reserva de valor, pero los movimientos de las tasas de interés (que se ajustan por inflación) ofrecen una explicación contundente para los giros del metal precioso en el último decenio.
Altibajos del oro
El fin del auge de las materias primas y los movimientos agresivos de los bancos centrales para atacar la volatilidad han afectado al oro, que se mantiene más de un 30% alejado de su pico máximo de 2011. Pero los inversores se están volviendo más entusiastas: las tenencias de oro de SPDR Gold Shares aumentaron 20,8 toneladas métricas el primer día de operaciones de mayo, el mayor aumento en un día desde 2011. Stan Druckenmiller, el inversor multimillonario que promedió retornos anuales del 30 por ciento desde 1986 hasta 2010, dijo el miércoles que si bien algunos consideran al oro un metal “nosotros lo vemos como una moneda y sigue siendo nuestra mayor asignación a monedas”.
Los aumentos del oro este año resultaron una sorpresa. El aumento de las tasas de interés en diciembre por parte de la Reserva Federal para combatir la inflación, el primero en casi un decenio, parecía ser el último clavo en el ataúd del oro, pero los rendimientos reales en los Estados Unidos cayeron luego de la medida del banco central. Esto reduce el costo de oportunidad de tener oro (que tiene un retorno nominal de cero) en relación a los bonos del Tesoro estadounidense, haciendo que el oro resulte más atractivo para los inversores. Los retornos negativos sobre deuda soberana en algunas partes de Europa, así como también en Japón, favorecen aún más al oro como activo alternativo de refugio.