Despropósitos hipócritas

Los líderes nacionales actúan con la estrategia de “arrimar el ascua a su sardina” con una hipocresía tal que termina siendo esperpénticas sus actuaciones,

Si como parece ninguno abandona sus posiciones, lo que hace imposible el gobierno me parecería lógico cualquiera de las dos posiciones:

-Que propicien y apoyen que D. Felipe VI pueda nombrar un personaje independiente y de solvencia como candidato a Presidente de Gobierno.

-Que hagan llegar a l Rey que no abandonan sus posiciones, lo que lleva a que no se pueda conformar gobierno, por lo cual se podría adelantar la convocatoria de nuevas elecciones y así no perder un tiempo preciosos.

Eso sería ejercer sus funciones con responsabilidad, pero no creo que esto se dé porque en los dos supuestos no ganarían lo que cada uno espera que es la ventaja de estar en el gobierno.

Aquí eso que pretenden convencernos de la distinción entre la vieja y nueva política no se ve que exista o que al menos se diferencien.

¿Pero qué se puede esperar de unos políticos que solo buscan el poder por encima de todo y que son capaces de actuar como “ bandarras” para la consecución de sus fines.

Actúan de forma zafia y creo que esa forma de actuar es de la peor de las corrupciones, porque alteran la naturaleza del ejercicio de la política convirtiéndola solamente en un ejerció para la conquista del poder.

Podríamos parodiando a Cicerón decir “hasta cuando líderes de los partidos políticos naciones estaréis abusando de nuestra paciencia”.

No suelo defender posturas radicales pero si no cambian de sus posiciones que es lo que corresponde para llegar a conformar el gobierno, los ciudadanos teníamos que enviarlos a su casa en intentar que los que les sustituyan ejerzan el poder con altura de miras y (*) (*) Pedro José Rodríguez Iglesias, es escritor. Autor de “Ética para Políticos”, “Regeneración Política y Social”, “Independentismo, la gran estafa”….