Boquiabiertos. Así se han quedado un grupo de científicos al hacer una serie de radiografías a una escultura de un Buda de lossiglos XI o XII. Una tomografía computarizada y una endoscopia llevadas a cabo por elMuseo Drents con sede en Holanda, en el Meander Medical Centre en Amersfoort, ha revelado que el antiguo relicario oculta los restos completos momificados de un maestro budista conocido como Liuquan de laEscuela China de Meditación.
Se sabía de antemano que en el interior se encontraban los restos de una persona y fue en la exploración cuando se produjo el sorprendente descubrimiento: en las partes internas de la escultura en las quelos órganos habían sido retirados antes de la momificación, los investigadores hallaron restos de rollos de papel cubiertos de escritura china.
Un complejo proceso
Como explica el portal web de Discovery Max, la automomificación era un procedimiento muy duro y riguroso practicado sobre todo en Japón.
Durante 1000 días, el monje llevaba una estricta dieta de frutos secos y semillas para desprenderse de la grasa corporal, seguida de otros 1000 días durante los cuales sólo podía ingerir raíces y cortezas de árbol.
Una vez completada la primera fase, el monje debía beber un té venenoso hecho de extractos de un árbol japonés que provocaba vómitos y pérdida de fluidos corporales, dejando además el cuerpo demasiado envenenado para ser comido por los insectos y las bacterias.
Cuando ya apenas era un esqueleto viviente, el monje era colocado dentro de una tumba y equipado con un tubo para respirar y una campana.
Sin poder moverse de la posición del loto, el monje tocaba la campana cada día para comunicar al exterior si seguía con vida.
Cuando dejaba de sonar, se daba por hecho que había muerto y se retiraba el tubo de respiración para sellar la tumba.
FUENTE: LAINFORMACION.COM - POR ALEXANDRA H.SANZ - 17/03/2016 –