Rajoy declina la oferta del Rey para formar Gobierno

En una actitud completamente inusual e insólita en MR -quien a lo largo de toda su legislatura se ha caracterizado por su actitud perenne de esquivar el bulto y salirse por la tangente- ha sorprendido a propios y extraños al afirmar con una rotundidad ajena a su comportamiento habitual que “ha declinado la oferta para conformar Gobierno ante la certeza absoluta de carecer no sólo de los apoyos necesarios sino que además, constatar de manera inexcusable que tiene más votos en contra (hasta 180 mencionó) lo que haría inútil su intento de revalidad gobierno en una segunda legislatura”.

Hasta aquí todo bien y podría decirse que la decisión de MR es una estrategia hábil porque le concede más tiempo para buscar (inútilmente) unos apoyos que nunca conseguirá y sobre todo, si parte los mismos los espera del PSOE; pero hay más lecturas que se desprenden de su negativa a afrontar el desafío (por ahora según dice) de intentar formar Gobierno y que no acaban aquí.

Por sobre cualquier otra consideración, la decisión (inédita en nuestro devenir democrático) es que por encima de todo, es un reconocimiento palmario del fracaso de MR y del PP. Su decisión de no comparecer pese a ser el líder del partido más votado en el 20D le pone en una situación delicada ya que viene a reconocer de manera incontestable su fracaso y que sabe de sobra que pese a los 7,5 millones de votantes que le dieron sus preferencias, (y a los cuales dice respetar,) no cuentan ni él ni su partido, con los apoyos suficientes lo cual resulta cuanto más sangrante si se toma en cuenta la aplastante mayoría conseguida en 2011.

Por otro lado, la negativa de MR para enfrentar las derrotas seguras (en primera y segunda ronda) en el Congreso corresponde ni más ni menos, a la actitud que siempre ha demostrado el actual presidente en funciones: no enfrentar nunca los hechos con la valentía necesaria ni tener los arrestos para reconocer cuando la realidad le ha sobrepasado.