Tú eres tú, ella analiza, es otra Conciencia con criterio por causa, otra penaliza sin causa conocida, se ha mudado tu Conciencia, te ha defraudado, ha vuelto a ti no ha aceptado el lugar designado.
Observa la tuya verás que son distintas, naciste con ella, ¿Quién es responsable?, quien la donó o quien la lleva.
Cuando se tiene varias, una ordena, la otra ejecuta. Lástima.
La Conciencia no habla, espera, no sirve y es esquiva, subjetiva, y hace su camino por la otra orilla. Ha huido, si vuelve condena, y el rostro cae sobre la arena.
En una charla de ética una joven lanza la pregunta,
¿Cuántas Conciencias existen?.
Ella no tiene capacidad mental para reconocerlas.
Rápidamente otra persona asistente le responde,
Las que quieras, yo destacaría tres, la tuya, la que te han prestado al nacer y la autentica, la que tienes que utilizar para bien gobernar.
¿Qué hacer cuando la Conciencia se establece en dos mentes?. Pregunta.
¿Dónde se guarda el remordimiento? ¡En la falsedad del comportamiento!.
La Conciencia no sana aunque se lave con agua bendita, solo con buena voluntad se ejercita, se limpia, en lo profundo de tu cuerpo se siente, aporta peso, te vence, y a mucha gente, pero la sociedad inocente, no quiere que se la miente.
Se oculta en la oscuridad de la noche, al alba enseña sus vergüenzas, juega al despiste, y siempre gana, ama, quiere, sin embargo el odio la lleva a la desesperación y dolo comete y obra mal y cuando ya no queda tiempo se arrepiente, no, ya no se puede el daño a veces llega hasta la muerte.
Ya no sirve lamento, esa carga es dura, permanece hasta el próximo testamento. Por algún acto que cometes te reprende porque la ofendes.
La Conciencia es incolora y neutra de género él la tiene primeo, después cambia de caldero en el filo del verbo. Incolora, si al rostro aflorara se pisa, te llama y se esconde.
Si (
No(
