La polémica del derribo del avión de combate ruso por parte del ejército turco promete dar mucho de que hablar. Si bien todo el mundo esperaba el encuentro entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Tayip Erdogan, durante la Cumbre del Clima en París, éste no tuvo lugar, pero sí la guerra de palabras entre ambos. La última batalla la ha jugado el mandatario ruso, quien ha asegurado queel derribo de uno de sus aviones de combate fue un empeño deTurquía en defender el suministro de petróleo al Estado Islámico.
Que el encuentro sobre el clima en París iba a tener su hueco para elEstado Islámico y la guerra en Siria era un secreto a voces, pero todavía más después de los atentados en París, y aún más, si cabe, tras el derribo del avión ruso de combate por parte de Turquía la semana pasada.
Los líderes de ambos países, Rusia y Turquía, se han enzarzado en una guerra de palabras constante, eso sí, desde la distancia. Erdogan ha manifestado su deseo de encontrarse con Putin y tratar el caso, pero para éste ese encuentro no es necesario. Putin lo tiene claro: Turquía derribó el avión ruso para proteger el suministro de petróleo del EI. "Tenemos motivos para creer que", la actitud de Ankara en cuanto al derribo de avión "fue para proteger el suministro de petróleo del EI".
Los bombardeos rusos se habían centrado en las últimas semanas en fijar un blanco claro: los convoys de camiones que camiones que trasladan el petróleo para el Estado Islámico. Los gobiernos saben de la importancia que tiene frenar las fuentes de suministros del grupo armado y desde principios del mes de noviembre tanto Estados Unidos como Rusia habían fijado sus bombardeos en ello.
Por su parte, Erdogan no se ha quedado callado. El mandatario turco ha sido tan contundente si cabe como Putin, afirmando que “si (Putin) tiene documentos al respecto, yo abandonaría mi puesto”. Pero no sólo eso, sino que Erdogan le lanza un órdago al presidente de Rusia: “Pero si el no tiene pruebas, ¿haría el lo mismo?”.
Lejos de una tregua
Rusia continúa con sus represalias económicas a su país vecino. A Putin no le ha temblado el pulso a terminar con el turismo ruso en Turquía, cortando así un importante flujo económico al país de Erdogan. De la misma manera las medidas han llegado al fútbol. No habrá, por el momento y hasta nueva orden, más jugadores de fútbol turcos en equipos como el Spartak de Moscú o el CSKA Moscú, ya que la liga rusa no fichará futbolistas de nacionalidad turca.
Sin embargo, estas medidas no han hecho recapacitar a Turquía o plantearse el pedir perdón. Un hecho que parece estar muy lejos de la mentalidad turca. El primer ministro Davutoglu ya dejó claro que “ningún primer ministro turco, ningún presidente, ninguna autoridad se disculpará... de haber cumplido con su deber”. Eso sí, Davutoglu expresó la intención de su gobierno en “hablar, a través de canales diplomáticos y militares con Rusia. No tenemos ninguna intención de tener una escalada”.
FUENTE: LAINFORMACION.COM - Blanca Calvo Arro - 01 de diciembre del 2015
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