Según informa el diario local El Comercio, se trata de una fortaleza colgante de 4.500 metros cuadrados que al parecer servía como despensa de la ciudadela inca, y está situada en la ladera opuesta del Huayna Picchu.
Bautizado como Inkaraqay, el sitio está compuesto por cinco niveles de terrazas agrícolas, una plataforma para rituales, un observatorio y un gran muro inca, y se somete actualmente a un proceso de limpieza de maleza, más una restauración que aún tardará unos cuatro años para ponerse por completo al servicio del turismo.
"Este era uno de los sectores de donde proveían de alimentos que se consumían en Machu Picchu. Está conectado con ese centro a través de escalinatas que van al Templo de la Luna y luego van por Huayna Picchu", explicó la arqueóloga residente Piedad Champi.
Según el ministerio de Cultura de Perú, Inkaraqay será integrado junto a la también cercana zona conocida como "Andenes Orientales" al circuito turístico del Parque Arqueológico de Machu Picchu.
"Andenes será parte del circuito el próximo año. En el caso de Inkaraqay tomará más tiempo", señaló el director del parque Fernando Astete.