Picasso Inventor de la Escultura Moderna

A lo largo de su productiva y larga vida Picasso realizo unas 4.500 pinturas y unas 700 esculturas, unas 150 han sido reunidas en siete salas del Museo de Arte Moderno de Nueva York permitiéndonos por primera vez echar una mirada a las obras que según el mismo señalo, eran el secreto artístico mejor guardado del arte del siglo XX.

La mayor parte de las obras no habían sido expuestas anteriormente, Picasso se negaba a exponerlas o venderlas. Formaban parte de su intimidad acompañándole en sus cambios de residencia.

De hecho, se negó a prestar ninguna escultura a la gran exposición que el propio MOMA organizo en 1957 con motivo de su 75 aniversario.

La exposición organizada por las Comisarias Ann Temkin y Anne Umland- es preciso mencionarlas por la increíble labor realizada- esta clasificada por periodos artísticos, cada uno con su sala correspondiente. En realidad es como si estuviéramos viendo varias exposiciones distintas, ya que en cada sala nos vemos obligados a olvidar todo lo que sabíamos de Picasso y a revisar el pasado para entender el presente de cada periodo, puesto que cada diez años es capaz de inventar un nuevo lenguaje en el que se ven obligados a expresarse los artistas que vienen detrás.

A comienzos del siglo xx los artistas se formaban como pintores, lo que hizo Picasso, o como escultores, lo que no hizo. Los escultores usaban ciertos materiales, instrumentos y actuaban de acuerdo a unas prácticas determinadas. Picasso destrozo esas convenciones y cambio la escultura para siempre. Sin la más mínima preocupación fue capaz de olvidar y hacer olvidar milenios de prácticas artísticas.

Deja de lado el arte europeo y se va directamente a beber en las fuentes ibéricas, africanas y de Oceanía con materiales que están a disposición de cualquiera, pedazos de metal tirados por el estudio, juguetes abandonados, instrumentos musicales rotos, cables, que están inanimados hasta que pasan por las manos el artistas que les da espíritu en un salto mágico que solo un chamán superior es capaz de realizar.

Las 6 pequeñas esculturas: vaso de absenta, de su periodo cubista, reunidas por primera vez, ofrecen una imposible variedad de matices, mientras que” Violín”, o “Bodegón con Guitarra “del mismo periodo inician la revolución de las esculturas de metal soldado, que hoy dia llenan los espacios públicos de tantas ciudades del mundo entero.

Las esculturas que conforman la propuesta del monumento a Guillaume Apollinaire, que fueron rechazadas por el jurado- tan deprisa iba que ni el mundo artístico era capaz de seguirle-, incorporan el espacio al metal en una mezcla trascendente.

Más conocidas son algunas de las llamadas esculturas de Boisgelup por el nombre de la mansión en las afueras de Paris entre 1930 y 1937 que reflejan su también cambiante relación con sus amantes. Realizadas en distintos materiales, las caras de mujer, impresionan por su versatilidad que las hace aparecer diferentes según desde donde las miremos.

La miseria de los años de la guerra queda tristemente representada por el bronce” Hombre con cordero” de 1943, llena de mansa dignidad.

La última sala recoge las esculturas en latón pintado realizadas entre 1954 y 1964. Nunca tan humilde metal había tocado el cielo del arte puro.Cada una de ellas está cargada de matices y emociones llenas de color.

Hay que dar las gracias al Museo de Arte Moderno de Nueva York, a las Comisarias Temkin y Umland, y a los prestatarios de las obras por el maravilloso regalo que nos han hecho. Quienes no aprovechen o no puedan aprovechar esta oportunidad pueden estar seguros de que no se repetirá en los próximos cincuenta años.

La exposición permanecerá abierta hasta el 7 de febrero de 2016. El único aspecto negativo es el económico, con un dólar alto y unos precios de viaje y estancia en Nueva York realmente elevados. La entrada al Museo y Exposición cuesta 25 dólares- 22 euros-