Cataluña fue hasta hace poco la vanguardia de los territorios españoles, en lo económico y en lo cultural esencialmente y en ese sentido marcaban la hoja de ruta, y en cierto modo eran algo diferentes. Siendo así se equivocaron los independentistas entonces nacionalistas, al querer ventajas precisamente por el tirón que representaban para el resto de España.
Un padre por lo general educa a sus hijos con los mismos recursos y cuando un hijo destaca, en justicia le apoya para que desarrolle su potencial, no privilegiándolo con respecto a los demás sino patrocinando su capacidad fuera de lo normal, por su competencia. Los nacionalistas catalanes entonces, quieren un trato privilegiado, en vez de un trato igualitario, y claro se rompe la baraja.
Si demuestras que con un trato idéntico destacas, lógicamente se te apoyara, pero no usted me de privilegios, porque rompe el principio de igualdad, y este es el quid de la cuestión. El nacionalismo catalán surge cuando España pierde Cuba. Puerto Rico y Filipinas, y se vuelven los capitales españoles en esos territorios, que se instalan fundamentalmente en el País Vasco y Cataluña, lo que a su vez les lleva a que se desplacen emigrantes del resto de España, y con capital y mano de obra española se da un buen desarrollo.
Surge entonces Prat de La Riva que elabora la doctrina del Nacionalismo Catalán, que no es otra cosa que dejar en la estacada al resto de España. La deriva de la clase nacionalista catalana vuelta independentista cuando se quedaron a descubierto sus vergüenza por la corrupción huye hacia la Republica Catalana que suponen mas benévola para sus “chorizadas”.
Todas estas formas tan esperpénticas de comportamiento PASAN SIEMPRE FACTURA A SUS AUTORES.
(*) Pedro José Rodríguez Iglesias es Escritor, autor entre otros del libro “Independentismo, la gran estafa”
Si (
No(
