“Voto de silencio”, Teatro de gestos, sugerencias y pocas palabras

Marianela Pensado ha dirigido la obra de Veronica Macloughlin, con una escenografía sobria y adecuada de Daniel Están, en producción de Pinatapai Teatro.

Dos actores para dar vida a un aparente tema universal, el de la novicia y el Don Juan que la conquista, no con el juego de la seducción para el abandono, sino de la seducción para el amor. Toda la historia se insinúa, se contempla, se vive en unos sentimientos íntimos de dos personajes que viven en soledad y que viven uno para el otro, pero necesitan tiempo de discreción para demostrarlo.

Es la juventud y la entrega de una pureza asombrosa; un amor tan focalizado que asombra; un compartir emociones y esperas hasta que el otro responda.

El beso será la piedra de toque de una entrega gradual de dos jóvenes que se quieren, pero necesitan tiempo para demostrárselo. o es una amor de inmediato, sino una gradual atención de vivir el uno para el otro.

Un teatro con apenas palabras, pero lleno de sentimientos de un hombre y una mujer. Una historia aparentemente de otro tiempo, pero que enlaza con un arquetipo literario, si bien resuelto de otra manera, precisamente la contraria, la del encuentro, la consagración y la entrega.