Una, Grande y Libre

Había que estar bien pertrechados, los cimientos deberían de ser fuertes y robustos, consistentes, para aguantar las amenazas y los embates que parecían vislumbrase, más que verse, más allá del horizonte.

Pero las fuerzas disgregadoras del mal, el mundo oscuro y tenebroso de la masonería, de los partidos políticos y de las democracias mal asimiladas y entendidas, y los pueblos engañados por farsantes y por locos, mansas ovejas ciegas conducidas hasta el matadero han devenido a ser todos aquellos propósitos.

Y en el Circo de las Pulgas reina la división, la vileza y el engaño, y no hay nadie capaz de arrancar la mordaza y el pañuelo prieto que tapa los ojos de los españoles.

En lugar de Una, Grande y Libre, muchas, pequeñas y esclavas. Eso es lo que está a punto de ocurrir en este país si no hay nadie capaz de levantarse y decir ya está bien, hasta aquí hemos llegado.

¿Saben ustedes el esfuerzo que ha costado hacer de España un país fuerte, respetado y libre?. Pues sencillamente 800 años de Reconquista y 3 años más de Guerra Civil.

Ahora, en un santiamén, ante los ojos aborregados de una ovejas perdidas y engañadas un pequeño Hitler está dando el empujón postrero a un sueño de siglos por no decir de milenios. A un esfuerzo sobrehumano de generaciones de hombres y mujeres esforzados y sacrificados hasta dar la vida por una España unida, por una España fuerte, por una España libre.

Los Reyes Católicos. !Ah, Isabel, que tantas Series bobas te hacen ahora en Televisión mientras te niegan el pan y la sal, tú que viste salir a Boabdil de Granada y ahora ves a qué velocidad, sin resistencia alguna, nos invaden de nuevo!. Televisión, donde yo fui guionista cuando aún se respiraba paz y orden. Cuando no había un solo parado. Cuando todos teníamos un puesto de trabajo próspero y asegurado. Cuando las pesetas te llegaban perfectamente hasta fin de mes. Cuando los hijos no tenían que emigrar a países lejanos para labrarse un porvenir. Cuando nadie hablaba ni necesitaba de Comunidades Autónomas y otras zarandajas que pronto se trasformarían en fuerzas disgregadoras y centrífugas a ese esfuerzo común centrípeto e integrador que creaba riqueza, paz y bienestar.

Cuando no teníamos a los moros invadiendo nuestras fronteras y al Islam reproduciéndose como termitas, como la marabunta debajo de nuestras camas. Cuando los Estados Unidos de América no hacían tonterías derrocando al Sah del Irán, a Gadafi o a Saddam Hussein pretendiendo equivocadamente iniciar a eso pueblos en unas democracias que allí no les valen para nada sino solo para crear un caos, mientras caen en la desesperación y el miedo.

Es increíble, da pánico pensar en todo esto cuando ya lo tenemos encima. Cambiar el oro por la basura, la unidad y la fuerza por la pequeña mezquindad de lo pequeño y lo débil.

Solo un milagro de Dios, donde los haya, puede salvar a España.

EPÍLOGO.- El deber de todos los españoles que somos mayoría es defender la unidad de España y de su territorio constitutivo del Estado (territorio, pueblo y poder) con la fuerza si fuese necesario. No basta con decir que se vayan si se quieren marchar.

Esa unidad del territorio, de la patria, ha costado 800 años de Reconquista, más 3 años de guerra civil y otros varios intentos separatistas. O sea un enorme esfuerzo y muchas vidas humanas.