La antigua Virgen de Consolación de El Peral, en Valdepeñas, a los 1200 años de su fundación

HISTORIA

La casa-capilla se fundó, según consta en la lápida en piedra de Novelda, que contiene el escudo familiar que se encuentra dentro de la capilla. Data del año 815, con todos los defectos o atributos que este documento sólido pueda contener, hemos tratado de transmitir lo más verídico posible:

Fve autorixado el cvlto de esta capilla el día XV-VIII-DCCCXV segvn docvmento qve dixe asi, yo leon iii. avtorixo el cvlto de la capiya-oratorio en españa pveblo de valdepeñax o valle de peñax de la mancha o canpo xitio valle de el peral. la virjen qve ai fve aparecida o encontrada en ese xitio i se llama de consolación de el peral. a vna familia ilvstre i catolica. el romano se llama pvblio clafox ella se llama rafexv akinippox bautixada en esta capiya prima de hixen i qve ha gobernado españa. oi en el poder alhaqvem i.

dado en Roma i su dia XV-VIII DCCCXV.

Leon III. Papa.

El lugar de la casa-capilla es de propiedad privada, ha estado mucho años en poder de la familia M. Idañéz, dedicada a la agricultura, que tenían grandes propiedades en la zona de la Mancha y también en buena parte del paraje de El Peral, donde aparte de la casa-capilla, en sus alrededores se cultivaban viñas, cereal y una cantera de piedra en las proximidades. Pero también tenía en la parte delantera una gran alameda, con arboleda con bancos y mesas de piedra, donde se asentaban los peregrinos que la visitaban, para el disfrute del paisaje, así como para reponer fuerzas dentro del buen yantar, con productos y bebidas de la zona.

Al parecer y según sus actuales propietarios y heredera Dña. María Antonia García Galiani y su esposo D. Emilio Verdejo García, la finca estaba compuesta por la casa-capilla que tenía en su parte derecha otra ampliación de la casa que fue destruida en nuestra contienda, donde se albergaba la casa del santero, que tenía en lo alto una campana para llamar a los fieles a las homilías y demás actos religiosos. En la parte izquierda se encontraban los corrales, colmenas, palomares, etc. Dicha propiedad fue pasando a los herederos de dicha familia hasta llegar a la década de los años 30 del siglo XX, cuando la propietaria al no tener descendientes y también por falta de recursos económicos, legó toda su propiedad a todos sus trabajadores, entre ellos a su empleado mayordomo D. José López García, soltero y vecino de Valdepeñas, que obtuvo el legado consistente en la casa-capilla, viñas, pedazos, cantera y alrededores, quién en avanzada edad puso en su testamento a Dña. María Antonia García Galiani, sobrina del mismo para el cuidado y mantenimiento de la finca, pasando automáticamente a su propiedad en el año 2014 a la muerte de José.

La fiesta de la antigua Virgen de Consolación de El Peral

Desde su principio, se celebraban misa todos los domingos y fiestas de guardar. El día grande era el día 15 de agosto en conmemoración a la fecha en que se apareció la Virgen en el lugar. La homilía se celebraba por la mañana en la capilla, después se llevaba a hombros por varios fieles de Valdepeñas y pueblos limítrofes, acompañada del cura párroco y demás autoridades, hasta la pradera en el otro lado del Peral. Allí le subían a un carro, galera y más recientemente remolque engalanado, donde se celebraban cantos y salvas a la virgen. Durante todo el día en la pradera y arboleda, se regocijaban, propios y extraños en las fiestas de la Virgen, que solían acompañar al son de guitarras, laúdes, acordeones, almirez o botella de anís con llave, donde las mozas y mozos del lugar vestidos con sus trajes típicos, acompañados/as de las castañuelas, bailaban la jota valdepeñera, la seguidilla manchega y hasta lo más atrevidos cantaban por alegrías, soleares y fandanguillos, acompañados del buen yantar, con buenas comilonas de gachas, tiznaos, pisto manchego y grandes viandas de chorizos, morcillas, tocino, tortillas, etc. y a veces de postre melones y uvas de la zona, regadas con las botas de vino de Valdepeñas y también con limonada en un gran lebrillo. Al atardecer la Virgen de Consolación era llevada en procesión de vuelta a la casa-capilla, acompañada de los fieles, autoridades eclesiásticas y civiles.

Sin embargo no siempre la casa-capilla y su imagen han tenido todo su esplendor, en 1936, víctima de la guerra fue arrasada la casa destruyendo su parte derecha donde se asentaba el campanario y vivía el santero. Así mismo la imagen de la Virgen fue tiroteada en un ojo, destrozadas las manos y arrojada juntos a otros enseres al fuego en las cercanías de la casa. Muy cerca de allí, la divina providencia, hizo que unas espigadoras que se encontraban en las inmediaciones de la casa-capilla, oficio éste que practicaba la mujer rural de la época. Solían espigar, después de haber segado, siempre acompañadas de un guardia rural. Pues bien estas mujeres llamadas Sinforosa y Rosa, vieron como ardían varios enseres, entre ellos se encontraba la imagen de la virgen, que la recogieron y la depositaron en la iglesia de la Veracruz, aunque según su heredera Dña. María Antonia, no llegó a quemarse la Virgen, si acaso sólo la vestimenta, quien también asegura que la imagen actual, es la auténtica, la histórica y la misma que ella conoció antes de la contienda y el deterioro anteriormente comentado. Posteriormente fue al actual propietario en ese momento D. José López García, quien mandó restaurarla y hacerle la ornamentación correspondiente, aunque se puede observar como después de pasar por las manos del restaurador, un ojo no es igual al otro. Finalmente se volvió a reinaugurar la capilla con la Virgen.

Así mismo, su zona de influencia está siendo restaurada, gracias a sus actuales dueños, tanto en lo que respecta a la casa-capilla, como alameda, merenderos, etc.

Por otro lado al ser el enclave una propiedad privada, ha tenido poca ayuda y algunos detractores. En 1976 fue inaugurada una capilla cerca de la pradera y al lado de la cañada, con otra imagen de la Virgen de Consolación, lo cual ha traído algunos altercados entre los dos seguidores de la imagen hasta tal punto que tuvo que mediar el obispo Prior de la Órdenes Militares de Ciudad Real D. Rafael Torija de la Fuente, que ejerció el obispado desde el 6 de noviembre de 1976 hasta el 20 de marzo de 2.003, para que se intercalaran los oficios y las procesiones en la pradera un año si y otro no, para cada hermandad. Así mismo personal eclesiástico alguna vez han comentado, porqué no se ha seguido celebrando los actos con la auténtica Virgen del Peral como es esta, según sus actuales propietarios.

Indicios ancestrales en la zona. Descubierta una pila bautismal de inmersión del siglo VII

En sus inmediaciones de la casa-capilla, ha habido vestigios de vida del hombre, desde tiempos ancestrales. En los corrales limítrofes pertenecientes a esta casa, existía sin que nadie adivinara el valor cultural de ello, una pila bautismal de inmersión de piedra, que databa del siglo VII de nuestra era. Según información constatada, estas pilas bautismales, estaban destinadas al bautismo por inmersión, forma que se impuso desde la época paleocristiana, es decir desde el siglo I de nuestra era hasta el siglo XV, en que empieza a imponerse el sistema de infusión. Su forma es octogonal en su exterior con una medida máxima de 108 cm. de ancha, 83 cm. de alta, circular en su interior con 77 cm de diámetro en la parte de arriba y en la parte de abajo 40 cm. y 55 de profundidad, es decir; en forma de embudo, teniendo una gran cabida.

Sin embargo el hermano de José López García, llamado Antonio y sus hijos residentes en Francia, echaban la cal en agua en ella para encalar toda la finca, cuando venían de vacaciones en verano. Hace aproximadamente 23 años, un anticuario chatarrero, se dio cuenta del valor de la pieza y la compró a Antonio, sin saber nada José. La pila bautismal fue a parar a la ciudad de Ocaña. Pero pronto algunas personalidades de la cultura de Valdepeñas se dieron cuenta del fraude que habían echo a la ciudad, quitándole parte de su historia, por ello delegaron en las Fuerzas de Seguridad del Estado, donde estas dieron parte al juzgado de Ocaña, mandando el mismo juez de la ciudad toledana un Exhorto, al magistrado de Valdepeñas, para que este informara al Ayuntamiento de la ciudad, para que se hiciera cargo de la recogida de dicha pieza, delegando el consistorio este mandato al jefe de los servicios culturales D. Javier Pérez Avilés y D. Miguel Carmona Astillero, restaurador del mismo consistorio, quienes se dedicaron a las restauración de la pieza, para después de una exhaustiva labor reparadora y el antiguo dueño de la pila José Verdejo García la donara al pueblo de Valdepeñas y se encuentre depositada en el Museo Municipal de Municipal de la ciudad. Otros hallazgos también han sido descubiertos en la zona, según se ha demostrado hasta el momento, tal como lo atestiguan los yacimientos encontrados en la sierra del Peral, con lápidas funerarias con restos humanos,