Fue un grupo de visitantes israelíes los que pusieron el grito en el cielo al considerar que se trataba de algo “muy ofensivo”.
Pese a que algunas personas consideran que el memorial debía haber tenido más sensibilidad al respecto, los responsables no ven ninguna conexión entre una cosa y la otra y han colgado un comunicado en Facebook en el niegan que se pueda hacer ninguna comparación histórica entre las duchas instaladas a la entrada del recinto y las utilizadas por los nazis para exterminar a millones de judíos.