“Rodrigo, Sé Fuerte…”

En este aspecto el PP funciona casi como una Hermandad, como una organización donde sus miembros están unidos por lazos que van más allá del nexo de unión que podrían tener por ejemplo, los miembros de la banda municipal de cualquier pueblo o el que une con fuertes lazos carpetovetónicos a alguna peña taurina enquistada en la España profunda.

Del ese-eme-esemesiano mensaje de apoyo institucional enviado a Bárcenas al interior de la cárcel por MR, aquel célebre “Luis, Se fuerte” inscrito ya para siempre en la historia moderna de España, hemos pasado a un hipotético “Rodrigo, Se Fuerte” pronunciado –esta vez en persona-, al otrora poderoso hombre fuerte del gobierno de Aznar, Rodrigo Rato, por el no menos poderoso ministro del interior Fernández Díaz, quién para ser quien es y ostentar el cargo que tiene, ha demostrado cualquier cosa menos tener la habilidad para sopesar el riesgo y las consecuencias de su acción.

¿En que cabeza cabe (en la del ministro sí, obviamente) que en medio del enrarecido clima político existente podría ser mínimamente recomendable que uno de los ministros más poderosos del gabinete de MR haya accedido a recibir a Rato en su despacho oficial? Desde luego, se mire por donde se mire, se le busquen las razones que se le busquen hay que reconocer que fue una soberana metida de pata.

El ciudadano de a pie y que cada día que pasa se sorprende más con todas las boutades políticas que vienen desde distintos frentes se pregunta si -y tal como dice el ministro- se trataba de un asunto personal, ¿Por qué no lo recibió en su domicilio particular habida cuenta también de la estrecha amistad que les une? ¿Porqué recibirlo en un despacho oficial? Estando Rato imputado por diversos delitos y no siendo ya militante del PP pero por sobre todo, sabiéndose a ciencia cierta la pesada atmósfera que rodea al personaje -que en su situación actual no puede más que contaminar cualquier acción que haga- ¿Porqué facilitarle entonces un acercamiento a uno de los principales personeros del gobierno?

Fernández Díaz afirma que no se habló “nada de su situación procesal ni de su caso”. Sin embargo Rato lo desmiente y dice que si se habló de su proceso situación que pone en entredicho lo afirmado de manera oficial y por un comunicado del Ministerio del Interior hace poco más de un día sobre la verdadera naturaleza del encuentro.

Desde luego hay que ser muy poco listo o tener una visión muy corta de lo que realmente está pasando a nivel de la calle para hacer algo tan imprudente y aún, asumiendo que la citada reunión sólo fue un encuentro entre viejos amigos, lo cierto es que en la opinión del ciudadano de la calle la impresión es otra y concluye que de verdad, en este país habemos ciudadanos de primera y de segunda. De primera son todos aquellos que aún estando inmersos en procedimientos por corrupción reciben un numantino apoyo de sus pares y los otros (todos los demás) que en iguales circunstancias tendríamos que apechugar con nuestros propios recursos. ¿Cuántos ciudadanos “normales” serían recibidos y/o apoyados por los máximos personeros de este país en caso de enfrentar situaciones difíciles?

Sólo por la torpeza de no calibrar bien las consecuencias de un acto imprudente y máxime a escasos meses de las generales el poco avispado ministro debería dimitir pero ya sabemos que no caerá esa breva.