Soberanía y pacto nuclear

A mi juicio, cualquier estado puede decidir, libremente, si considera apropiado y necesario disponer de armas atómicas para su legítima defensa ante posibles ataques de otras potencias. Y esto ha saltado por los aires en el caso de Irán. Ya que Estados Unidos no debería estar por encima de la independencia de las naciones, e inmiscuirse en sus asuntos interiores.

La capacidad militar nuclear de USA es tan enorme que, ya es sobradamente disuasoria, ante posibles guerras y conflictos. El aislamiento internacional que han sufrido los ciudadanos de Irán, por el bloqueo y las sanciones del gobierno americano es completamente inmerecido, y no tenía que haberse producido. Parece que en relación con estas cuestiones la ONU está supeditada a lo que decidan las grandes potencias.

Lo deseable es que la economía de esta república islámica despegue e Irán sea, cada vez más, un país más próspero y abierto al comercio internacional y al turismo. De este modo, el poder adquisitivo de los ciudadanos de Irán, probablemente, se incremente.

De todas maneras, este pacto histórico, en mi opinión, no garantiza, a pesar de las verificaciones, que esta república no logre la fabricación o la adquisición de armamento nuclear.

El primer ministro de Israel Netanyahu ha dicho que «Teherán ha recibido la señal de vía libre para obtener armas atómicas». Quizás, esto se pueda interpretar, como una muestra de prudencia, ante las hipotéticas consecuencias, del futuro poderío económico de Irán. Lo que le permitiría, tal vez, comprar armamento más sofisticado o atómico a Rusia, etc.

No es extraño que el estado de Israel se reserve el derecho a defenderse de potenciales ataques iraníes. Teniendo presente que el estado judío es el único que dispone de armas atómicas en Oriente Próximo.

En mi opinión, cada país del mundo es libre de decidir si quiere disponer de armas atómicas o no. Y el resto de estados debe respetar esas decisiones.

Otra cuestión diferente es, si se producen guerras o conflictos armados, En este caso el poder disuasorio de las bombas o misiles atómicos está presente en la mente de los dirigentes políticos y militares. Y determina o condiciona las posibles respuestas ante, por ejemplo, una invasión del territorio de una nación.

La cantidad y la potencia destructiva de las miles de armas nucleares acumuladas por las grandes potencias es tal, que si se utilizaran podrían destruir una parte considerable de nuestro planeta. Y además un país como Corea del Norte ya dispone de armas nucleares. Si bien está debajo de China lo que supone, aparentemente, un factor de estabilidad y control ante posibles decisiones militares del gobierno coreano.

(*) José Manuel López García es Doctor en Filosofía y Profesor