A lo largo de la vida

Podría ser que esos errores que siempre recordamos se presenten ante nosotros bajo la forma de figuras humanas momentos después de la muerte, ellos nos van a juzgar y de ellos, de esos hechos dependerá nuestra salvación o nuestra condena eterna.

Esos errores suelen estar relacionados con personas, son errores fácticos que si se transforman en emocionales son muy difíciles de superar.

Desde aquí, desde el libre albedrío, poseído por el llamado sentimiento de culpa pido perdón a los amigos y enemigos de los que he podido hablar mal, aquellos a los que no he ayudado pudiéndolo hacerlo, aquellos otros a los que no he amado o no he sabido amar.

Seremos juzgados por el amor. De vez en cuando escucho una especie de eco lejano, una voz inquietante que suena como un gong en la nave central de una catedral gótica. La he ido escuchando desde adolescente. En la infancia mágica todo era luz. Después la parte tan bonita, donde los padres y los hijos éramos jóvenes todos a la vez.

Más adelante la madurez con los hijos, las obligaciones y los llamados negocios de este mundo. Al final la vejez o prevejez, la jubilación, el norme tiempo libre que lejos de liberarte puede no hacerlo, pues la liberación al final no depende de nuestros horarios laborales y ser un asunto muy personal e interno.

Cuando te recuerdan los errores y las pérdidas y esa voz inquietante, la voz de la conciencia que decían cuando éramos pequeños, en aquella España pobre pero llena de valores, cobra fuerza y no recuerdas nada con exactitud solo tu egoísmo de siempre, mientras ves caer uno a uno a los amigos y familiares en su viaje hacia ese Más Allá, y los otros a los que has ido perdiendo a consecuencia de esos errores que no son sino la falta de amor, comprendes que la situación ha llegado demasiado lejos, intentas sin embargo que no sea muy tarde y aún dentro del tiempo, de ese tiempo terrestre al que llamamos vida que todos tenemos signado, imploramos la misericordia de Dios y pedimos perdón a los vivos y a los muertos, a los otros muertos por nuestro desdén más que maledicencia y si llegara el ladrón a arrebatarnos en la noche, como escritor queden al menos estas palabras en esa memoria técnica y científica moderna que llaman INTERNET. El principio y el fin, la memoria de ese mundo invisible que puede certificar nuestro sentimiento postrero antes de experimentar como se desvanece este raro envoltorio carnal al que llamamos cuerpo.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)