La Puñalada Trapera

En Toledo, la sede del Cardenal Primado se celebra de forma impresionante, las calles y callejuelas cubiertas con palios y toldos para que no les alcance el sol de fuego por estas fechas, que suele ser y es agobiante. El suelo, una alfombra de pétalos de flores para que el Cuerpo de Cristo pasee su majestad de manos del sacerdote y la custodia de oro o de plata simulando catedrales, recubierto con todas las vestiduras y ornamentos sagrados. En tantos y tantos pueblos de España se celebra desde tiempo inmemorial esta festividad inefable del cuerpo de Cristo presente entre nosotros gracias a la transustanciación, rey del universo, creador del cosmos y sin embargo aquí a nuestro lado haciéndonos compañía en el día a día de nuestras preocupaciones, mezquinas iniquidades, absurdas ambiciones condenadas al polvo, lujurias, gulas, apetitos desenfrenados, traiciones manifiestas, envidias oscuras y secretas, venganzas manifiestas, traiciones irreparables, rencores permanentes.

… Y sin embargo llego hasta mi parroquia con estos calores de muerte y me sale el nuevo sacristán ucraniano dispuesto a dar explicaciones. No hay Misa porque el párroco se ha ausentado, hablo con él a través del móvil de su sacristán. Está en el campo. No ha puesto sustituto.

“No, no hay misa porque aunque permanece la festividad civil ???, la religiosa se traslada la próximo domingo”. Las caras son de extrañeza, de disgusto, de frustración, de pena.

Los fieles nos vamos removiendo de nuevo hacia las escaleritas cercanas inundadas de luz, con un sentimiento de perplejidad y de disgusto, alguien dice, “con esto acaban con la piedad de cualquiera, con el fervor”.

¿Si se celebra la festividad, si se respeta el jueves que reluce más que el sol por qué se traslada su liturgia al domingo siguiente?. ¿Quiénes son responsables las autoridades religiosas, los clérigos o el poder civil y los políticos?.

Soy un pecador y un miserable, puedo fallar en tantas y tantas cosas, pero jamás arrebataría al pueblo la celebración del día del Corpus, del jueves que reluce más que el sol. Si se le arrebata eso ya no le queda nada por arrebatar.

Y me vienen a la mente un Papa que abandona sus quehaceres y sobrevuela la plaza de San Pedro romana en un veloz helicóptero. Y la de un rey que cuando ve el asunto un poco oscuro abdica en su hijo y se larga igualmente.

Quizá no me encontraba muy bien esa mañana, o estaba lábil o sudoroso del esfuerzo. O necesitado de cariño como todos los viejos, del cariño de un papa, de un rey o de un párroco, todos desaparecidos, y me siento huérfano y mal y a la vez espantado augurando lo peor para mi querido país, lo peor que después de tantas calamidades, crisis, recortes salariales y presupuestarios, y penalidades, está aún por llegar. Y como un ave de mal agüero, sintiendo la puñalada trapera, la estocada imprevista como aquella por la espalda que le asestaron al canciller del reino en la catedral, al señor arzobispo en el film inolvidable “Becket o el honor de Dios” basada en el libro de Jean Anouilh e interpretada magistralmente por un Richard Burton en su plenitud, en el papel de su lucha con el rey de Inglaterra, aquel tembloroso de los ojos azules de porcelana, el inolvidable Peter O´Toole.

Bueno, un poco menos que Burton, pero sentí el frío y duro acero entrar por mi espalda y atravesarme el corazón.

Fue algo definitivo, difícil de explicar queridos lectores si es que aún queda alguien que me lea.

Arrebatar de pronto la festividad del Corpus en mi propia parroquia, esa joya barroca en el barrio de Argüelles, pequeña catedral si se compara con Westminster Abey, donde se han celebrado las bodas de oro de mis padres y el funeral por mi propia hermana, ha sido demasiado. Una mala fortuna, lo sé. Pero cuando notas que te están matando, que te están arrebatando la joya más querida que es el recuerdo y la tradición, sobran las palabras.

Cada uno vive la vida como puede, su vida, su pequeña vida si se quiere, pero el mundo interior, cuando es tocado y lastimado, cuando es herido, es muy difícil de reparar y un Corpus sin misa, sin párroco, es como un San Pedro de Roma sin Papa o con dos Papas que es peor, es como un reino donde el monarca se desvanece y ya no sabes dónde está, si en una taberna bebiendo vino o en una playa de las antípodas. Y qué decir de la reina griega, aquella reina con tanta dignidad….

Bueno, tengo el alivio de escribir, y que no falte. Puedo ser un facha, un carca, un carcamal como ha murmurado mi hija al verme llegar apaleado y contrito.

Lo siento, lo siento por ustedes, los que aún les queda toda la vida por delante. Tengo ya tanta gente querida en el otro barrio que es como si me estuvieran murmurando, “¿pero qué haces ahí todavía, no te das cuenta que ese no es tu lugar?”.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)