Frente progresista en las generales

Por lo que se sabe, la intención de Podemos es liderar a las fuerzas del cambio a la izquierda del PSOE. Considero que la formación de dos frentes progresista y conservador beneficiaría la gobernabilidad, ya que sería menos difícil consensuar políticas y realizar pactos. Y también, sobre todo, en relación con los votantes, ya que las opciones de voto útil serían más claras.

Que las listas de unidad popular puedan gobernar en siete capitales con una población de más de seis millones de personas, es un dato enormemente relevante, y posee una significación clara.

Parece que, una parte considerable de los ciudadanos madrileños, quieren dar una oportunidad a Ahora Madrid para que desarrolle su actividad política en la capital de España. Y probablemente, si la gestión política del ayuntamiento de Madrid es eficaz y eficiente, tendrá una repercusión positiva en relación con la marca Podemos, que en las autonómicas de la Comunidad madrileña logró un resultado bueno, pero notablemente menor, en cantidad de votos.

Frente a las calificaciones de extrema izquierda o partido radical referidas a Podemos, considero que son exageradas, ya que en su programa no se observa esa supuesta terrible radicalidad. Existe un marco jurídico constitucional que todos debemos respetar. Además, desde una perspectiva intelectual, parece que lo más sensato es observar lo que va sucediendo, y no proyectar una estrategia del miedo, de cara a la ciudadanía. Además, intelectuales de peso apoyan una gran parte de las propuestas de Podemos.

De hecho, con cada formación política el ciudadano puede estar de acuerdo con parte de su programa, no es absolutamente necesario, que el votante esté de acuerdo con todas las medidas que proponga cada partido, al que vaya a dar, libremente, su voto.

De lo que se trata de cara a las próximas elecciones generales, en mi opinión, es de propiciar un cambio profundo en la forma de gobernar. Los intereses de los ciudadanos, y el logro de un estado del bienestar para todos, es lo que, realmente, debe orientar todas las decisiones que se tomen. Si esto no sucede, seguiremos, instalados en la vieja política que, ya ha sido rechazada, en estas recientes elecciones celebradas.

Los partidos, de modo general, deben estar más abiertos a la participación ciudadana. Los personalismos, y el exceso de poder de la cúpula conducen al desastre en las formaciones políticas. Hacen falta procedimientos de elección interna, realmente democráticos, en todos los partidos.

Dentro de unos meses se celebran las elecciones generales que son, a mi juicio, las más importantes. Es de esperar que la ciudadanía tomará buena nota de lo realizado por los políticos elegidos hasta ese momento. Y votará, quizás, tomando en cuenta lo prometido y lo realizado, si es posible saberlo con certeza.

Podemos parece, por lo que dicen sus dirigentes, que quiere convertirse en una especie de partido plataforma abierto a otros grupos políticos que compartan su idea del cambio, con líneas de compromiso concretables. Algo que considero razonable, y que puede servir de ejemplo, para la otra formación política emergente.

(*) José Manuel López García es Doctor en Filosofía y Profesor