Podemos frente a la vieja política

Parece que es posible la conformación de una nueva mayoría que dé fuerza a las justas pretensiones de la gente decente. Se trata de dar voz a la gente para que desarrolle un nuevo modo de hacer política. De tal forma que se eliminen los privilegios, y las prácticas corruptas. A mi juicio, es cierto que estamos viviendo un momento histórico, algo dicho también por Errejón, en su intervención ante las personas reunidas en el Náutico de Gijón para escuchar los planteamientos de los candidatos de Podemos.

Es verdad también que con los recortes sociales se asfixia a la gente, ya que no puede vivir con dignidad. Que existan tres millones de personas trabajando en la economía sumergida, quizás es lo que explica la no existencia de una revuelta social. Pero tampoco es lo deseable que la economía española se permita tal cosa.

Que un tercio de la población española esté en riesgo de pobreza es un dato escalofriante, aunque sea relativa, si se compara con la absoluta del Tercer Mundo. Y a esto tiene que dar solución la actividad de gobierno.

La serie de 215 medidas propuestas por Podemos pueden convencer en su mayor parte, ya que son de sentido común. En lo relativo al copago sanitario, por ejemplo, estoy convencido de que lo más juicioso y justo es quitarlo. En cualquier caso, en el programa político de cualquier partido o formación política se realizan ajustes y cambios si se considera necesario, en función de los resultados de asambleas, análisis críticos, discusiones, consideraciones de expertos, etc, y también en relación con el tipo de elección en la que se participa: local, autonómica o general, ya que los niveles competenciales son diferentes.

El giro de 180 grados de la política señalado como indispensable por el número dos de Podemos me parece indiscutible, desde una perspectiva racional. Porque lo primero y prioritario es el bienestar de las personas. A los ciudadanos no se les puede obligar a malvivir para que el neocapitalismo aumente sus beneficios de forma excesiva.

La garantía de acceso a la alimentación, luz, gas, agua, comedores escolares, etc., son lo que asegura la dignidad en la vida de los ciudadanos, y una cierta calidad en la existencia de cada individuo. El protocolo para el trabajo digno es otra medida de Podemos que considero completamente razonable.

Y es verdad que existe mucho talento en Gijón, en Asturias y en todo nuestro país. La clave está en saber aprovecharlo en España para que produzca resultados óptimos. Con un nuevo modelo productivo que apoye mucho más a las pymes, a las nuevas tecnologías y a los jóvenes Pero dando trabajo también a las personas adultas y a las maduras. A través de empleo público, cooperativas, emprendedores, etc.

Actualmente, es algo comprobado que la industria se basa en el conocimiento y en Internet. El empleo de calidad es posible. Puesto que la internacionalización, y la venta de productos es global en el mundo digital en el que vivimos.

En resumen, se trata de cambiar radicalmente el ejercicio de la actividad política. De esta manera, habrá mayor igualdad económica y social. Lo que producirá una sociedad más justa y equitativa para todos.

Una nueva forma de hacer política es imprescindible para el presente y el futuro. La libertad y la racionalidad no están reñidas, ambas son posibles a la vez. Las formas de dominación de las vidas de los ciudadanos son algo a suprimir, con un cambio político realmente democrático, participativo y solidario.

(*) José Manuel López García es Doctor en Filosofía y Profesor