Congreso peruano da luz verde a carretera hacia Machu Picchu

Por ahora, el único acceso es a través del antiguo Camino Inca o por la vía férrea, cuyo bloqueo por deslizamientos de tierra en enero pasado provocó la suspensión de visitas durante dos meses.

En un comunicado, el legislativo destacó que el proyecto de la Carretera Machu Picchu-Santa Teresa-Santa María "evitará que ocurran hechos lamentables" como los de enero pasado, cuando fuertes lluvias generaron deslizamientos que bloquearon tramos de la vía férrea de 102 Km y aislaron a unos 4.000 turistas nacionales y extranjeros en la localidad de Aguas Calientes, la puerta de entrada a Machu Picchu.

En esa oportunidad, el Gobierno peruano evacuó a los turistas en helicópteros, mientras que el cierre del acceso a la ciudadela inca durante dos meses generó pérdidas que superaron el millón de dólares, según datos de la Cámara Nacional de Turismo de Perú.

La declaración del Congreso ocurre pocos días después de que surgiera una polémica nacional en torno a la posibilidad de aumentar el número de visitantes a Machu Picchu, actualmente de 2.500 turistas diarios.

Al respecto, se supo que el Instituto Nacional de Cultura de Cusco rechazó el pedido de empresarios turísticos para aumentar la cifra diaria de turistas que pueden visitar Machu Picchu, y explicó que el actual límite de 2.500 está avalado por un Plan Maestro que incluyó dos estudios técnicos en 2002 y 2005 y que cuenta con la aprobación de la Unesco.

Por su parte, Martín Pérez, ministro de Comercio Exterior y Turismo, dijo al diario La República que “no existe ningún estudio técnico real sobre cuántas personas pueden entrar a Machu Picchu; sin embargo, lo que sí hay es un consenso de que podrían ser unos 2.500 turistas al día”.

Machu Picchu, considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, está ubicada en lo alto de una montaña en una zona de ceja de selva a unos 120 kilómetros al este de la ciudad de Cusco.

La ciudadela inca no ingresó en 2008 a la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro pues contaba con un plan que limitaba el ingreso de turistas, entre otras medidas. En los últimos años, la Unesco mostró preocupación por la administración de Machu Picchu y mencionó problemas relativos a la deforestación, los riesgos de deslizamientos de terreno, el desarrollo urbano incontrolado y los accesos ilegales al santuario.