Falta de Internet en los trenes

Los usuarios se preguntan los motivos de esta falta de Internet. Es cierto que en relación con los enchufes, parece que los vagones disponen de mayor número para los cargadores y sistemas de alimentación de los aparatos electrónicos, pero se precisan más.

Si, realmente, los viajeros dispusieran de WiFi gratuito en el tren aumentaría notablemente la calidad de la atención a los usuarios y, sería algo positivo, porque sería un dato más a tener en cuenta a la hora de desplazarse por el territorio nacional, ya que aumentaría el aprovechamiento de las horas del viaje.

Supongo que también se incrementaría algo el número de usuarios al disponer de libre y gratuito acceso a Internet. El coste económico para Renfe, quizás pueda ser asumido, de modo gradual, a lo largo de varios ejercicios económicos, en varios años.

Pero, lo que, a mi juicio, no puede esperar más tiempo es que la indignación de muchos usuarios siga existiendo al coger un tren, y ver que las cosas siguen igual, con simples promesas indeterminadas, y sin plazos fijos de implantación de un sistema inalámbrico potente y adecuado, a la altura del siglo XXI.

Además, al igual que Renfe destaca por la buena atención a los viajeros, y es una empresa de primer orden en España, debe ponerse a la cabeza de los servicios tecnológicos de comunicación que ofrece a sus numerosos viajeros.

Las sorprendentes utilidades que son posibles a través de las comunicaciones digitales y del comercio electrónico, etc., también pueden ser impulsadas de un modo decidido.

El nivel de calidad de la experiencia de viajar en tren puede ser, notablemente aumentado, por medio de un mejor, más rápido y seguro acceso a Internet. Y en los recorridos cortos también es muy adecuado que se disponga de buen acceso a una red inalámbrica.

De esta manera se potenciarían también las propias empresas españolas del sector de la telecomunicación y también la investigación aplicada a estas cuestiones. Porque es cierto que pueden plantear retos y desafíos que son solucionables.

Si a todo esto se uniera un mayor número de trenes AVE que lleguen, de modo directo, a más ciudades de tipo medio como Gijón, por ejemplo, los resultados positivos se notarían de modo inmediato. Se evitaría un cierto aislamiento de regiones enteras, en comparación con otras que disponen de mejores vías de comunicación. Porque sería una estrategia dinamizadora de primer nivel, desde el punto de vista económico y turístico.

En el fondo, de lo que se trata es de intensificar el uso del tiempo, en beneficio de todos. Ya que es un recurso enormemente valioso, lo mejor es aprovecharlo con las oportunidades que nos ofrece la alta velocidad en Internet, y con el incremento en la rapidez de desplazamiento de los trenes.

(*) José Manuel López García es Doctor en Filosofía y Profesor