“Un rincón del Paraíso terrenal”

El Puerto de la Cruz, en la isla de Tenerife no quiere, quedarse anclado en el tiempo, y lleva con orgullo su transformación como ciudad turística, sin perder su identidad. La ciudad sigue mirando al Océano y sigue siendo un lugar para pasear, para oler el mar y respirar su aire limpio.

El popular paseo de las Palmeras, singular sendero de palmeras canarias centenarias, nos lleva al paseo principal donde las olas rompen contra rocas, barrancos y acantilados, antes de llegar a la playa de Martianez donde surfistas y bañistas disfrutan en plena naturaleza.

El paseo de Colón, es lugar de encuentro y diversión junto al mar y las modernas edificaciones hosteleras .Y donde el artista Lanzaroteño Cesar Manrique creó el complejo Lago Martianez con grandes piscinas de agua marina y obras escultóricas que juegan con el viento. Lugar de descanso y diversión donde se conjugan los elementos artificiales con la exuberante naturaleza del lugar.

Orientada hacia el poniente, la ermita de San Telmo observa el movimiento de las aguas al romper las olas en el litoral que lleva su nombre.

A cualquier hora las calles están siempre llenas de gente .Turistas que se quedan enganchados a ellas y residentes enamorados de esta zona de la isla.

El litoral o paseo de San Temo es un balcón al Océano Atlántico que concentra miles de miradas con las diferentes formas que las fuertes olas producen al romperse en los riscos y miradores

El paseo nos lleva a la Plaza de Europa con la Casa Miranda, el Ayuntamiento y las tradicionales edificaciones con balconadas de madera de pino Canario.

Por las calles de Santo Domingo y las Lonjas se llega al muelle pesquero, lugar que da nombre a la ciudad, sin olvidar que antes de ser turística, fue ciudad de pescadores.

Desde siempre en la Plaza del Charco, se ha reunido el pueblo del Puerto .Aquí se celebran sus fiestas, reuniones y verbenas .Es el corazón de la vieja ciudad entre terrazas de bares y restaurantes, quioscos y una fuente central con “la ñamera en su pila”, los laureles traídos de Cuba y los espacios para los más pequeños. La Plaza del Charco es todo un símbolo.

Otra plaza con encanto es la del Dr .Víctor Pérez, médico, promotor y pionero del turismo en la ciudad, se encuentra en pleno centro comercial y peatonal saliendo por una de las bocacalles que parten de la Plaza del Charco, justo enfrente de la iglesia de San Francisco y ermita de San Juan .Fue creada en 1904 y se la considera una de las plazas más antiguas del municipio.

No hay que andar muchos metros para llegar a la plaza de la Iglesia o plaza de la Pila, con jardines muy cuidados y una fuente que data del 1900, adornada con un cisne de piedra, donde se ubica la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, la construcción religiosa más importante del lugar donde se encuentra la imagen de la Virgen del Carmen, una de las más veneradas en Tenerife.

Da gusto caminar por la zona costera que bordea al mar, desde Playa Jardín hasta Punta Brava con sus playas de arena negra y volcánica cuyo entorno entre jardines y paseos peatonales fueron diseñados por el artista Cesar Manrique ,siendo hoy uno de los lugares mas frecuentado por residentes y visitantes.

Hay diferentes ambientes para descansar y disfrutar del viaje, en pleno paseo Colón, desde hace muchos años, el Café Paris pone sabor y ambiente a las noches porteñas.

En la carretera del Botánico encontramos una de las joyas históricas y culturales de la ciudad, producto de la ilustración española .El Jardín Botánico y de aclimatización de la Orotava creado en 1792 por el Marqués de Villanueva del Prado por orden del Rey Carlos III, para establecer en Tenerife los plantíos que permitieran aclimatar especies procedentes de América y Asia ,ya que los ensayos realizados en los reales jardines de Aranjuez y Madrid no deparaban los éxitos esperados debido al rigor de los inviernos.

El pulmón natural del Puerto se llama Parque Taoro, una gran zona verde de casi cien mil metros cuadrados en medio de la ciudad en alto promontorio –llamado antiguamente Monte Misería, sede residencial en otros tiempos de una selecta colonia extranjera. La parte más frondosa está rodeada de agradables senderos y escalinatas que discurren entre fuentes y cascadas y desde donde se divisa la mejor vista del Puerto de la Cruz.

Un enclave único que pasó de ser un pueblo de pescadores y embarcadero de la Orotava a ser la ciudad turística por excelencia de Tenerife. Desde el Teide el pico más alto de España con sus 3718 metros de altitud hasta las playas del Sur en los Cristianos nos queda mucho por descubrir, habrá que volver. El escritor Juan Cruz Ruiz, dejo escrito “…que Dios por gracia especial dejó en el Puerto escondido, como un rincón del perdido paraíso terrenal”.Bienvenidos al paraíso.