Con una amplia trayectoria en México de casi 40 años, Julio Chico quiere llegar a los mercados europeos y nada mejor que comenzar a hacerlo con el español. Méritos le sobran.
Su colección de bronces Pecados y Virtudes, inspirados en las siete debilidades en las que incurre la naturaleza humana, expone aquello equívoco de muchas de nuestras acciones, pero que nos cuesta reconocer. Se trata de una colección de esculturas, cuya narrativa plástica llama la atención acerca de la armonía y el bienestar que puede tener el ser humano a partir de admitir sus quebrantos. Las piezas no muestran únicamente la cara del vicio, también dejan entrever la otra parte, es decir, las virtudes que pueden y deben contrarrestar los vicios. "Las esculturas tienen por una cara el pecado y por la otra tienen la virtud –indica el artista– A la virtud la estoy representado a través de formas y ritmos. Para mí la forma y el ritmo, es como gran música que está hecha de sonidos y silencios armonizados y se llega a la perfección al fundirse. No hay letra, únicamente sonidos, silencios y armonía, esa es la gran música."
La intención de Julio con esta nueva colección de esculturas, no es otra que hacer reflexionar a la sociedad sobre los excesos en los que vive. En las piezas de mediano formato, realizadas en distintas pátinas de bronce, se aprecia un mensaje subliminal que trastocará los pensamientos del espectador. “No tengo propiamente un objetivo –dice Julio–. No estoy pensando en enviar ningún mensaje cuando pinto o hago escultura, tampoco estoy tratando de que la gente sienta, sino que simplemente me sumerjo en lo más profundo de mí ser y expreso esas simbologías. Entonces no estoy preocupado o pensando qué voy a hacer, simplemente “buceo” dentro de mí y las cosas se van dando...”
Un artista completo
Nacido en 1947 en la Ciudad de México, Julio Chico se descubrió artista desde los catorce años. Las obras ya consolidadas de su primera etapa (1977-1985) fueron postales muy urbanas llenas de sátira a la pobreza humana, a veces a la económica, otras a la espiritual. Por entonces el color y la forma en su gráfica recreaban ambientes similares a los grabados negros de Goya. La colección Personajes reúne todas las características de esta singular producción. Después, en la búsqueda de un desarrollo y crecimiento conceptual se inclinó hacia la acuarela, elaborando temas muy parecidos a los anteriores, pero de inmediato abordó también el óleo y decidió incorporar imágenes femeninas para matizar las atmósferas.
La búsqueda de la cultura prehispánica, la simbología de las deidades de nuestros antepasados... más adelante, la serie de acrílicos y óleos sobre tela denominados Almas Fracturadas, los cuales formaron parte de su primera presencia en el Museo de Arte de Querétaro. Ahí, entre colores marrón, naranja, azul, rojo y amarillo, fundidos en texturas ásperas pero a la vez vibrantes, Julio Chico narra el doloroso y complejo proceso del mestizaje, los ultrajes de la Colonia hasta que se formó la nueva civilización, la cual aún no pierde sus prejuicios y marginalidades. Describe como ningún otro artista el encuentro de dos culturas. Luego, con la seguridad que únicamente puede dar el equilibrio entre la técnica, el pensamiento y el sentimiento, la producción del artista salió del lienzo y del primer plano para entrar en la escultura. Generó entonces la colección Raíces y más adelante otra dedicada al Universo. Los Planos de Euclídes, la Geometría Espacial, la Gravedad, la Luz, el Génesis y la muerte de las estrellas, los Hoyos Negros, las Galaxias, el Polvo Cómico, el Bing Bang, en fin todo aquello que intriga y que a la vez fascina al hombre, fueron el tema de la colección de escultopintura y obra gráfica denominada Cosmovisión.
Más recientemente la inquietud del pintor mexicano se vierte en óleos de mediano y gran formato con temas oníricos que revelan temas fantásticos. Las imágenes femeninas nuevamente matizan el paisaje, se entremezclan y funden de forma sensual y placentera a los sentidos. Sueños es el nombre de esta nueva aventura de uno de los artistas mexicanos más versátiles de nuestro tiempo.
En conjunto es la obra un artista-intelectual que desea trascender a través de un peculiar estilo que impacta por la temática, el color, la composición, las texturas, los volúmenes y la geometría. Un talento desbordado que busca la trascendencia lógica, no sólo del ser humano sino del artista plástico honesto, íntegro y completo que siempre se ha exigido excelencia, pero muy especialmente dignidad en todas las facetas de su producción.
Más información: Mireya Díaz Cornejo - [email protected]