Fernando Pastrano: Incansable periodista de viajes

No lleva cuenta de los países visitados, aunque la mayoría ha sido de Asia, América y Europa. También Australia y media docena de países de África. Pero lo importante no es el número, sino la intensidad con la que se visita un lugar, aclara.

Sus reportajes viajeros han quedado reflejados en ABC, Top Viajes y otros medios, así como en sus dos blogs "Mamá quiero ser turista" y “Orientaciones".

Pastrano, además, tiene una sólida formación comentarista político-cultural especializado en la cultura, el arte, la sociedad y la política chinas y asiáticas.

Nosotros hemos tenido la suerte de compartir con él varios países y destinos nacionales y en todos ellos hemos aprendido de su espíritu viajero y del enfoque periodístico que da de ellos.

Pregunta:¿Cuál es el viaje que nunca olvidarás?

Respuesta: Cuando viajo me gusta abrirme como una esponja y empaparme de todo lo que me rodea. Siempre hay algo positivo o atractivo hasta en el peor lugar, pero, desde luego, el que no olvidaré es el primero que hice a China en 1977. Era otro mundo, casi otro planeta.

P: ¿Un libro, un destino…?
R: Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela. Ese libro me marcó cuando estudiaba bachillerato. Luego hice el viaje. También Rimas y leyendas de Becquer. Cuando tenía 15 años me fui andando con dos amigos y una tienda de campaña desde Soria a la Laguna Negra siguiendo el rastro de Bécquer.

P: ¿Y una película?
R: La inglesa Hombres de Arán, de los años 30, en blanco y negro y con pocos diálogos, me impresionó. Describe la dureza de unas islas de Irlanda a las que luego pude ir. También, cómo no, Memorias de África. En un viaje a Kenia me llevé la banda sonora en un cassette. Oírla en una puesta de sol en la sabana fue increíble.

P: ¿Un refugio de invierno?
R: Sin duda, Zermatt en Suiza, junto al monte Cervino (Matterhorn).

P: ¿Una sensación que recordarás siempre?
R: Yo solo en la Ciudad Prohibida de Pekín mientras nevaba. Cuando fui corresponsal en la capital china la visitaba a menudo, a veces en solitario.

P: ¿Una locura que volverías a repetir?
R: Un viaje que hice a Nepal con un amigo nefasto para entrevistar al rey Birendra pero sin tener la confirmación. Al final lo conseguimos.

P: Dime, Fernando, un atardecer que te haya impresionado especialmente. ¿Quizás aquella estancia que compartimos en el lugar indio de Kochin?

R: Hay muchos. Si, las redes chinas en Kochin, en Kerala, es un atardecer realmente bello. Denis Island, en las Seychelles. Los pescadores sobre estacas en el sur de Sri Lanka. Pero también hay excelentes amaneceres, como la salida del sol por detrás del Everest vista desde Nepal.

P: ¿De los muchos lugares que has visitado, en cual te quedarías a vivir?

R: De momento donde estoy, me gusta vivir donde vivo. Pero cuando sea mayor (risas) a lo mejor me gustaría acabar en el Tíbet. A China procuro volver cada año. Mamá quiero ser turista. ¿Quién no ha querido ser turista alguna vez? Reconoce que a tí también te gusta. ¡Este es tu blog!

P: ¿La última vez que escribiste una postal
R: No tengo ni idea, a lo mejor en los 90. Yo no era mucho de postales. Pero ahora las postales son los selfies que colgamos en las redes sociales.

P: ¿Tu último descubrimiento?
R: La Baja California. Conocía muchos lugares de México, pero ese no. Y Ouarzazate, en Marruecos, con sus impresionantes kasbas de barro. Una maravilla y ahora tenemos vuelos directos desde Madrid.

P: ¿Un rincón secreto?
R: Si lo digo ya no será secreto. Este es el constante dilema del periodista de viajes. Pero te diré uno: Konya, en Turquía, la ciudad de los derviches giróvagos, de la tumba de Mevlana, un poeta y místico sufí. Interesantísimo.

P: ¿Un lugar para recomendar?
R: Depende mucho de lo que busque el viajero y de su presupuesto. El Hotel Taj Mahal Palace en Bombay y su restaurante con unas samosas inmejorables. O el Hotel Mulranny Park, en Irlanda, donde hace años se hospedaron John Lennon y Yoko Ono. Fantásticas vistas a la bahía de Clew.

P: ¿Un paisaje que te dejó sin aliento?
R: Literalmente me quedé sin aliento en una zona arqueológica maya en la selva de Campeche, México. Empezó a llover y nos empapamos durante más de una hora corriendo para encontrar un refugio. En sentido figurado, los bosques de helechos arborescentes en la isla de Tasmania, Australia. Y sin duda, las montañas de Hunan, China, en las que se inspiraron para hacer los paisajes de la película Avatar. Son idénticas.

P: ¿Lo que nunca falta en tu maleta?
R: En el equipaje de mano (para que no se pierdan) siempre llevo una bolsa de frutos secos, que me han sacado de más de un apuro en cuanto a la comida; un abanico, porque soy muy caluroso; y una bolsa grande de plástico, como las de los grandes almacenes, que me ha servido para todo, incluso para proteger la cámara fotográfica durante un diluvio en la Amazonía ecuatoriana.

P: ¿El viaje soñado?
R: Sin dudarlo: Por China, sin tiempo y sabiendo chino, ahora solo sé cuatro palabras.

P: ¿El lugar más chocante donde has estado?
R: En la Patagonia argentina y chilena, por su inmensidad, su silencio. En el desierto de Atacama, Chile, por lo mismo. En la Isla de Pascua, porque es un lugar muy raro, único, enigmático.