Cómo funciona el efecto placebo

1. ¿Qué es el efecto placebo?

La palabra placebo encuentra su origen etimológico en el latín y significa 'complacer'. Se trata de del conjunto de efectos no específicos, ya que no responden a ninguna acción farmacológica que producen beneficios en la mejoría de los pacientes. La pregunta es, ¿por qué se producen estos efectos?

2. La explicación médica.

"El efecto placebo puede facilitar la liberación de endorfinas", comenta Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología. El doctor explica que estos neurotransmisores producen "confort" al cuerpo y, por tanto, ayudan al paciente a mejorar.

Las endorfinas se liberan de forma natural en el cuerpo en diferentes momentos, por ejemplo, cuando se realiza ejercicio físico. En el caso del placebo, la sensación de 'bienestar' que pueden llegar a producir las endorfinas ayuda al cuerpo a activar sus propios mecanismos de curación.

3. La relación médico-paciente es crucial.

"Todos sabemos que las expectativas del paciente son muy importantes a la hora de iniciar un tratamiento", apunta el neurólogo Carlos Tejero. Según el doctor, incluso la confianza del paciente genera efecto placebo. "Una buena terapia farmacológica puede no dar todos los resultados esperados si el paciente desconfía de su médico", sentencia. Se trata del denominado efecto placebo inverso.

El doctor pone por ejemplo el pequeño efecto placebo que se produce cuando una persona prefiere un medicamento en jarabe antes que en pastillas -que sueñen ser más efectivas-. Al final, puede que mejore antes con ese tratamiento simplemente porque confía más en él.

4. ¿Todos pueden caer en el efecto placebo?

En principio sí, cualquier paciente es susceptible de caer en el efecto placebo. Sin embargo, éste es menos probable en personas con un carácter más "reflexivo". Así lo considera el doctor Carlos Tejero.

De hecho, según cuenta el neurólogo, los fabricantes de fármacos valoran elementos subjetivos como el color de las pastillas. "Algunos colores se perciben como tóxicos y no ayudan a los pacientes", remarca el neurólogo. En este caso también se podría hablar de placebo inverso que, en lugar de beneficiar, perjudica.

5. El placebo no funciona con todas las enfermedades.

"El placebo no cura un cáncer ni una infección", afirma Enrique Aubá, codirector del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra. El doctor subraya que el placebo puede ser efectivo en los casos de enfermedades de carácter más "psicosomático", es decir, aquellas que tienen una valoración más subjetiva.

Dolores de cabeza, dolencias intestinales, molestias musculares, cansancio generalizado, trastornos del ánimo... son algunos de los problemas que el placebo sí puede ayudar a mejorar. ¿El motivo? El paciente confía en el tratamiento y activa su curación natural.

6. El placebo no es negativo.

Usualmente se asocia placebo a connotaciones peyorativas pero esto no tiene por qué ser así. "Beneficia a muchos pacientes y es muy útil en la práctica médica", asegura el doctor Enrique Aubá.

Según un estudio, en el párkinson el efecto placebo puede llegar al 50%. Aubá matiza que la enfermedad no se puede curar, pero el placebo sí se puede llegar a ayudar en otros puntos -como la ansiedad o la depresión- que empeoran la calidad de vida del paciente.

7. La homeopatía, ¿realidad o ficción?

La homeopatía, al igual que otras muchas terapias naturales, tiene grandes adeptos. La pregunta es, ¿funcionan realmente estas terapias o se trata de un mero efecto placebo?

En opinión de los doctores Tejero y Aubá, la respuesta poco importa. "Lo relevante es si beneficia o no al paciente", remarcan. Según consideran, estas terapias pueden tener un "grado" de placebo pero eso no significa que no sean eficaces. "Pueden servir de vehículo para que el cuerpo active su mejoría y eso es importante", apostillan.