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Opinión: “Mi Pequeño Manhattan”

Santiago De Pablos

Con todo mi cariño hacia esa familia

jueves 15 de enero de 2015, 02:27h
Santiago De Pablos

Por Germán Ubillos Orsolich (*)

El año 1970 San Lorenzo del Escorial era una explosión de luz y alegría, los planes de estabilización y la recuperación de España era total, no había ni un solo parado, la economía iba viento en popa . Nosotros habíamos comprado “La Atalaya”, el piso más maravilloso de la sierra de Madrid, con unas vistas incomparables, don Pablo de Pablos, el constructor, se lo quería quedar para él pero mi padre le convenció y nos lo quedamos a fuerza de entendimiento y “pasta”, mi padre era una especie de Florentino Pérez.

Santiago de Pablos era el hijo de don Pablo, el constructor. Santiago era fuerte, alto, guapo, simpático, un Cristiano Ronaldo, vamos, con muchas admiradoras y muy amigo mío . Santiago inauguró la “Oveja Negra”, la primera discoteca oscura del lugar, donde iban las chicas más avanzadas y sofisticadas del veraneo.

Santiago era lector de Rainer María Rilke y los dos sintonizábamos como “existencialistas”, solo que Santiago vivía el existencialismo a tope y yo lo meditaba y lo interiorizaba. Santiago tenía fama de conquistador, de haberse acostado con más de una chica, yo leía con voracidad seis y siete horas diarias. También había un pintor con barbas, José Luis Lorente, que era la quintaesencia de esa filosofía, y Viola, su maestro.

Pues bien, aquel verano del 70, me dieron el Premio Nacional de Teatro y aquello fue como una bomba atómica, como diez premios planeta, hablé por las radios y varias veces por la 1ª cadena de Televisión Española con lo que me vieron y oyeron todos los españoles, desde el Jefe del Estado en su residencia de El Pardo, hasta el último agricultor del Plan Badajoz.

Entre la gente joven fue tremendo pero ahora que lo pienso también lo fue para los mayores, para los padres y mis profesores que allí veraneaban. Yo, gracias a Dios, no me daba muy bien cuenta, pero ahora sé que todo aquello era desmedido, pues en la vida aún me aguardaban muchas caídas y muchos abatimientos, otros éxitos y muchas tristezas, penosas enfermedades, olvidos, muertes de seres queridos – lo peor -. Pero a lo que vamos, Santiago de Pablos celebró mi triunfo, el de un ser frágil al que quería mucho.

A Santiago se le quedó pequeño El Escorial, su alma era muy grande, y sus sueños, y se fue al Puerto Banús a buscar otra vida, allí puso “Don Leone” un restaurante famoso al que iban la “Jet de la Jet” de aquella época, Jaime de Mora y Aragón hermano de la Reina Fabiola de Bélgica, Adnan Khashoggi, el multimillonario y muchos jeques árabes también forrados, con sus lujosos yates, y hasta Ossama bin Laden muy joven entonces su con pandilla de chicos y chicas.

Como decía, Santiago triunfó con su restaurante y se retiró a vivir en las montañas, cerca de Casares y de los pueblos blancos .

…. Años más tarde, sentados los dos en una terraza, me contaba sus angustias al dormir, el peso tremendo de ese existencialismo vivido hasta el fondo, hasta las heces. Esa angustia terrible que yo mitigaba con “Lexatín” y “Orfidal”, y que otros semejantes a nosotros lo hacían dándose a la bebida . Le encontré de nuevo con dolores de espalda, con su hernia discal y su miedo a operarse. Le pregunté entonces por su padre, don Pablo, “mi padre se fue…”, me respondió; ese viaje en la barca de Caronte, ese viaje que en Creta lo hacían los difuntos en la noche para que nadie se enterara .

Hoy escribo esto desde la “Clínica Anderson” donde a mi hermana la están chequeando. Escribo sobre unos manteles de papel de las mesas del bar. Hace un rato he salido a la calle y un hombre de mi edad, quizá algo mayor con un perrito me saluda, como casi siempre ocurre no le reconozco, él se identifica, dice que es el marido de la única hermana de Santiago de Pablos, le pregunto por él; “Santiago ha muerto” me responde secamente. ¿Cuándo? “Hace cinco años”. ¿De qué?, le pregunto impactado. “De cáncer” me responde. ¿Se casó? “Sí, al final, dos meses antes de morir, con la chica con la que estaba ahora”.

No me lo creía, como una montaña todos los recuerdos de entonces cayeron sobre mí. Como si una profundísima herida se abriera de repente.

Con Santiago de Pablos, muerto tan joven, muere todo un mundo muy mío, el mío y el suyo, el mundo de la juventud, de los sueños y del existencialismo que vivimos . Solo me queda ahora la esperanza de darle un posible abrazo en un mundo, más allá de los sueños.

Epílogo

Santiago siempre me hablaba de una hija que había tenido con una italiana a quien apenas veía, pero sí a su hija, de vez en cuando.

Cuando me he enterado de su prematura muerte de cáncer me ha venido a la cabeza que esa enfermedad, ese desorden celular, suele sobrevenir después de un largo estrés, un largo sufrimiento o mucho dolor y frustración. Camus decía, “los hombres mueren y no son felices”. Yo tuve la suerte de “convertirme” hacia la mitad de la década de los 80, y eso me permitió tener una hija, Marta, dentro del matrimonio, no olvidemos la estabilidad y la felicidad que esto produce, así como el futuro y sus perspectivas… pero tampoco olvidemos que “la fe es un don de Dios”; ¿por qué no la alcanzaron Unamuno, Camus, mi amigo Santiago – esto último no lo sé con certeza – y tantos otros? Lo que sí se es que “el matrimonio protege al hombre”, como dicen las tablas de mortandad del Instituto Nacional de Estadística.

Santiago, como Camus o Unamuno, merecen un paraíso muy especial, un abrazo en lo Eterno con toda la ternura.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)

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