Auge y Caída de Una Lideresa

Desde luego en el PP las cosas no pueden ir peor. A las penosas y torpes declaraciones del portavoz del congreso señalando que Podemos “va de limpio cuando en realidad está cubierto de caca” arriesgándose a recibir (como finalmente sucedió,) la certera respuesta de Iglesias señalando “que si hay un partido cubierto de mierda ese es el PP”, le sigue hoy mismo, la renuncia vía redes sociales de la controvertida alcaldesa de Alicante y casi al mismo tiempo, la otrora poderosa, soberbia y popular ex presidenta de la comunidad madrileña, expresaba su voluntad de “ponerse a disposición del partido” y más específicamente, del presidente del gobierno, para lo que se pueda terciar. Concretamente, para ir de candidata a la alcaldía de Madrid.

Para nadie es un misterio que EA vive sus horas más bajas. Arruinada -al decir de muchos- su impoluta figura política de antes, que le facultaba para repartir instrucciones a diestro y siniestro, admonizando sin ningún reparo bien a Rajoy o bien a cualquiera que se pusiera a tiro y segura como estaba, de su tremendo arrastre y su cacareado capital político, su desparpajo (impertinencia más bien) le granjeó con el paso del tiempo, sólidas antipatías al interior de su propio partido. Los mentideros políticos de Madrid dicen que Rajoy la detesta y que no la querría ver ni en pintura. Otros corrillos señalan que su otrora delfín, el anodino y deslavazado Ignacio González, se cuida mucho de sus opiniones pero también –si pudiera-, enterraría a Aguirre para siempre.

Su oferta de hoy ha dado alas a la oposición (PSOE) que ve en la majadera postura de Aguirre, la mejor baza para ganar la alcaldía de Madrid. Las torpes actuaciones de la lideresa devenidas tras su incidente de la Gran Vía, han deslucido su figura política y hoy mismo difícilmente, renovaría el caudal de votos conseguido en pasadas elecciones cuando su imagen de política sin pelos en la lengua hacía creer que todo el monte era orégano.

Los que conocen bien los entresijos del PP saben que la oferta de Aguirre hecha hoy, es una huída hacia adelante y que sólo pretende forzar a Rajoy a lo que precisamente, menos le gusta y que es por una parte, apurar decisiones y por otra, hacerlas por imposición. Esos mismos conocedores señalan que Aguirre, desconcertada por la pérdida de popularidad y por la decreciente influencia al interior del partido (que creía suyo y seguro), le han hecho dar un paso en falso demostrando que no conoce en realidad, la forma y manera como opera el presidente que entre otras cosas, prefiere demorar y demorar y/o eventualmente, no enfrentar nunca situaciones difíciles.

La poco hábil actuación de Aguirre al ofrecer lo que nadie le ha pedido es la prueba clara y contundente de que para la sexagenaria señora (como ella gusta autodenominarse) ha llegado el fin de su carrera política y que debe dar un paso al lado, para permitir que el relevo generacional que se precipita en todos los frentes políticos, siga su curso. Otra cosa no puede hacer. Su tiempo ha terminado y sólo es cuestión de esperar. Rajoy no le dará el pase. Eso, es seguro,