“Dos Papas. Dos Reyes. Esto no me cuadra”

También para que los viejos o pre-viejos durmamos un poco más y no demos vueltas a la casa a eso de las cinco de la madrugada o nos pongamos con el ordenador, pues además esa falta de sueño nos induce a desayunar tres veces: a las cinco, a las nueve y a las once…. Lo que resulta ruinoso.

Llevo tres o cuatro tomas pero hoy me he levantado, como digo zumbado, embotado, con dolor de cabeza y el ojo derecho con un derrame rojizo demasiado recurrente. La verdad es que me encontraba mal, no obstante decidí llevar a mi hija hasta la facultad. Siempre piensas que te puedes morir en cualquier momento y lo más bonito antes de hacerlo es llevar a tu hija hasta la Ciudad Universitaria a través del otoño dorado.

Bien, antes de hacerlo bajo al bar de abajo y pido mi café y las tostadas, viendo la televisión a todo color que me pone al día en cosa de minutos sin necesidad de leer la prensa, para así, después, ponerme a escribir. Ahorro mucho tiempo.

Estaba mordiendo la primera tostada cuando veo en la pantalla al Rey Juan Carlos, con la cara hinchada y colorada quizá por la cortisona, pero su cara al fin. “¡Vaya el Rey!- exclamé suspirando - hace semanas que no le veía!”. Estaba en una carrera de bólidos, creo, me quedé más tranquilo, pero fue en ese momento cuando como en una película de terror creí transparentarse a través de la tostada la cara angulosa con esa barbita y esos ojos punzantes del otro, de Felipe VI.

No sé que me pasó pero noté como la tostada se me atragantaba en la garganta. A los pocos momentos vi en la misma pantalla en color al Papa Francisco muy sonriente, daba palmadas. No sé donde estaba. Pero cuando miré mi taza de café vi ondulante sobre su superficie la faz de Benedicto XVI, con su sonrisa bondadosa. Me interpelaba.

Sentí nauseas, estuve a punto de vomitar. “Dos reyes. Dos papas. -pensé- Esto no me cuadra”.

Vértigo. Dejé dos euros sobre la barra y tambaleándome subí hasta el piso casi corriendo.

Todavía no sé si saldré a la calle. Me siento enfermo. Lo mismo que aquel día que salí por la mañana y vi a todos los ciudadanos, a mis paisanos sosteniendo una especie de mejillón sujeto con la mano a la oreja. Entré espantando. Al verme el conserje que me miraba, dijo.

-- Es el móvil, señor, tienen su “móvil”, eso no mata.

Seguí corriendo y me encerré en mi alcoba como hoy. No creo que salga hasta pasadas ciertas horas, quizá hacia la media tarde.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)