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Visiones Alternativas

Una crisis bancaria para todos

En España los beneficios de los bancos son exorbitantes
En España los beneficios de los bancos son exorbitantes
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Estamos inmersos en una crisis económica que parece alcanzar unos niveles que nunca se habían sospechado, donde caen todos los sectores uno por uno, y los niveles de desempleo comienzan a volverse preocupantes y el PIB de los países disminuye sin cesar, acercándose el monstruo de la deflación por la bajada del petróleo. Pero no debemos olvidar donde se originó, y en qué lugar se encuentra el principio de la crisis, que también dará la clave para una solución ventajosa, y no la que nos quieren vender como innegable verdad.

Estábamos acostumbrados en España (como en el resto del mundo) a escuchar cada principio de año los crecimientos sostenidamente exponenciales de los beneficios de los bancos, hablando de porcentajes de crecimiento superiores al 50% de un año para otro, lo que ha significado desde que comenzó el siglo que se multiplicaran por 10. Y todo ello con cantidades que siempre eran de 9 a 10 cifras. Todo ello especulando. Pero parecía que nada podía afectarles, cambiaran de color los gobiernos, hubiera guerras o terrores milenarios, o se multiplicara por 3 el valor del petróleo en un año. Pero cuando estos beneficios se basan en la especulación del propio dinero, y es este elemento supuestamente de intercambio, el que toma el verdadero soporte del beneficio, cualquier situación de inestabilidad en las inversiones provoca problemas; y esta vez el error fue de proporciones mayúsculas, provocando una caída en picado de los beneficios.

La especulación con hipotecas basura en USA dio muchos márgenes positivos sustanciosos a bancos, inversores e intermediarios. Pero cuando estos se desplomaron por su manifiesta fragilidad, dieron al traste con el gran sueño de la banca; beneficios ilimitados por tiempo ilimitado. Un negocio pensado como ningún otro en el lucro como es el de los bancos, no puede permitirse una reducción en el crecimiento de los beneficios; no hablamos de perder, ni mucho menos ganar menos, sino reducir o eliminar el crecimiento en los beneficios. Eso es lo que sucedió durante el segundo semestre del 2008. Un frenazo en los beneficios que llevaba a cuestionar la base misma del sistema especulativo y por extensión del sueño globalizado.

Lo demás es una cascada imparable, como una bola de nieve que empieza siendo una canica y termina siendo, unos metros pendiente abajo, más ancho que el camino que debe recorrer de bajada. Si los bancos no tienen un incremento de los beneficios deben contraerse para evitar riesgos mayores, con lo que inmediatamente se reduce a cero el crédito a las empresas y particulares, ya que es el riesgo lo primero en ser reducido al mínimo; el riesgo con los demás, que no el riesgo de ellos mismos.

Si el crédito se contrae o reduce en exceso, y sobretodo, bruscamente, las multinacionales, que han basado su negocio en la especulación con el dinero, y no con la venta o distribución de los productos o servicios, deben destinar sus márgenes a sostener la productividad y no a invertir, con lo que también frenan su crecimiento. Para reducir este efecto, endurecen sus políticas de pagos a proveedores y reducen sus plantillas. Las empresas que dependen de ellos, reducen también sus plantillas. Y finalmente, los trabajadores, que a la vez son la base del consumo, reducen su capacidad económica, que se encontraba sobredimensionada por la facilidad del crédito bancario.

La consecuencia es evidente; paro en crecimiento exponencial y en un breve tiempo, además de un descenso brusco en la productividad. Todo ello, agravado en España por la coincidencia de la crisis inmobiliaria, que había empezado unos meses antes que la bancaria global.

En este punto entran en juego los estados, al rescate de los bancos. Con el dinero de todos, se pone a salvo el beneficio de unos pocos, sin garantía de retorno. Además, las empresas reclaman medidas de flexibilización del despido, generándose a su vez nuevas líneas de apoyo a la contratación para las empresas. Consecuencia; se abaratan despido y contratación, de manera que cuando las circunstancias de liquidez mejoren se recuperará el empleo pero en unas condiciones peores para los trabajadores, recuperándose el consumo y por tanto la producción. Esto llevará a un aumento del PIB y de la confianza en el sistema económico, y finalmente devolverá las aguas a su cauce para los maltratados bolsillos bancarios. Esto al menos, es lo que evidentemente esperan.

Los ciudadanos, ¿podemos hacer algo ante esto? Pues lo que llevamos tiempo diciendo. Cambiar nuestros hábitos de consumo, desviar nuestros ahorros a modelos de banco de tipo ético y alternativo, apoyar toda iniciativa económica alternativa que surja a nuestro alrededor, ser más austeros en fin. Sigue siendo la misma receta que hace un año, y que hace tres y diez. Seguimos siendo lentos en el avance de estas prácticas, pero no debemos cejar en el empeño, para conseguir que este mundo sea mejor, porque indudablemente se dificultará nuestra cómoda vida burguesa durante un tiempo, pero los que menos tienen, tanto aquí como en los países empobrecidos, son los que peor lo van a pasar, como siempre. Más hambre, más guerras, más pobreza.
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