El suicidio de los pederastas

Añade que para los violadores en serie o pederastas conscientes de que reincidirán tras cumplir su condena legal con la justicia en el dolor ajeno, una salida posiblemente sería el suicidio.

Comprendo la desesperación e impotencia del señor Javier Urra, para más señas psicólogo, pero su salida es de pata de banco y precisamente por la profesión que detenta.

Una cosa es que no exista en España la pena de muerte para estos delincuentes y otra muy distinta animarles puerilmente a un suicidio que no sé si sería asistido o no asistido, pero de sus declaraciones se deduce que tendría que ser no asistido, esto es provocado por el propio delincuente una vez cumplida su pena.

“El suicidio es el más inmoral de los delitos”, dice Bontemopelli, y Diderot, en sus “Opiniones de los ancianos filósofos”, añade: “Está prohibido abandonar el puesto sin el permiso del que manda: pues bien, el puesto del hombre es la vida”. Y Alejandro Dumas afirma con contundencia que “El mayor de los crímenes es el suicidio, porque es el único que no tiene arrepentimiento”.

Efectivamente, el suicidio, el quitarse la vida uno a sí mismo, se castiga en el cristianismo clásico con la pena del infierno, una pena perpétua de daño y de sentido, de sufrimiento físico y de no ver a Dios.

Todas estas declaraciones vienen a cuento porque nunca se sabe ni nunca se sabrá de lo que es capaz el ser humano de haber sobrevivido y que la vida es sagrada desde el nacimiento hasta la muerte y que nadie, absolutamente nadie puede quitar la vida al prójimo, ni quitársela a sí mismo y menos animarle a que se la quite. La sociedad debe de protegerse protegiendo la vida.

Este es un principio elemental en el que se sustenta  toda civilización que se precie, de ahí el grave peligro que supone la eutanasia y su legalización.

En los países donde se ha legalizado muchas personas han huido escandalizadas, amedrentadas  o despavoridas.

En el caso de un psicólogo su deber es el de luchar, investigar, ayudar al enfermo, al tarado, no matarle ni darle la pistola para que se mate, ni animarle a que se pegue un tiro.

Es semejante al caso de la interrupción del embarazo que ha hecho correr ríos de tinta.

Desde la lobotomía, la esterilización, hasta la química, antes que inducir al suicidio

Sé o intuyo que al hacer esa afirmación o esas breves declaraciones el ex defensor del Menor lo hacía emocionalmente, más difícil se me hace que como profesional de la ciencia incurriera en esa contradicción pues a mi modo de ver el suicidio es el fracaso de los fracasos, el mayor de los fracasos y el que se acerca a él incurre en el mayor de los sufrimientos, un sufrimiento que nadie debe de desear a nadie, ni a su mayor enemigo.

 (*) German Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)