“Yo no inventé a Eva Perón”

Hoy la recordamos en la vertiente de su relación con la cultura popular de Argentina y con el mundo del Tango en particular. Muchos fueron los artistas del género aliados a la causa del peronismo. Hay un personaje en particular, al que todos los tangueros admiramos, por su trayectoria, sus letras y su compromiso. Nada más ni nada menos, que Enrique Santos Discépolo, también conocido como “Discepolín”.

Para el lector menos informado, recordemos tangos de su autoría: “Cambalache”, “Yira Yira”, “Uno”, “Cafetín de Buenos Aires”, “Confesión”, “Victoria” y muchos más. Inclusive, una de las tres letras del tango “El Choclo”, que es la que se adoptó oficialmente. Participó el último año de su vida, en un programa radial que se llamaba “Pienso y digo lo que pienso” un ciclo ideado por la Subsecretaria de Información del gobierno peronista, y donde también dirigieron sus mensajes, Hugo del Carril, Enrique Muiño, Tita Merello, Alberto Closas y Lola Membrives. El espacio duraba cinco minutos, se emitía por la noche y durante la intervención de Discépolo ,que se extendió durante cuarenta programas, se elevaron los picos de audiencia, la mayoría oyentes peronistas y antiperonistas, con las adhesiones y condenas al régimen. “Él mismo elaboraba el contenido de sus charlas sobre la base de los guiones que le llegaban cada noche, utilizando un estilo bien coloquial, casi de conversación de mesa de café, amable para el oído, aunque para muchos irritante en sus mensajes” (1).

“Mordisquito” era el personaje creado por Discépolo para el programa, el que se dirigía fundamentalmente al opositor, exaltando los logros del peronismo y denunciado la postura de la oposición, dirigida desde los cenáculos de la llamada oligarquía criolla. Mordisquito comenzaba la que fue su última intervención el 10 de noviembre de 1951 dirigiéndose a los contreras (2), textualmente: “Bueno, mirá, lo digo de una vez. Yo no lo inventé a Perón. Te lo digo de una vez, así termino con esta pulseada de buena voluntad que estoy llevando a cabo en un afán mío de liberarte un poco de tanto macaneo(3). La verdad: yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a tus malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quién vos y los tuyos habían enterrado en un largo camino de miseria...” Discépolo mantuvo una relación de amistad con Eva Perón que duró hasta su muerte el 23 de diciembre de 1951. Tenía cincuenta años.

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1) ¿A mí me la vas contar? Discursos de Mordisquito. Ediciones Terramar. Argentina
2) Contreras: así denominaban en Argentina a los opositores a Perón.

3) Macaneo: mentir, disparates (del lunfardo)