Turner y los Maestros”, gran exposición en el Museo del Prado

Tras su paso por la Tate Britain de Londres y el Grand Palais de París, la muestra llega al Museo del Prado con algunas variaciones, como la presencia de importantes obras tanto de Turner como de sus contemporáneos.

Josep Mallord William Turner (1775- 1851) es el preludio –avant la leerte- de la abstracción –antes que a Manet-; prefacio del romanticismo al impresionismo. Fue el gran paisajista inglés, el pintor de la luz por antonomasia y maestro de la acuarela y la pintura en el mar.

Entre las novedades de esta exposición respecto a la habida en Londres destaca la presencia exclusiva de obras importantes como “Naufragio de un carguero”, “Tormenta de nieve: Aníbal y su ejército cruzando los Alpes”, “Paz –Entierro en el mar, Sombra y oscuridad: la tarde del Diluvio”, y “Luz y color (la teoría de Goethe) –la mañana siguiente al Diluvio- Moisés escribiendo el libro del Génesis”.

Junto a las obras de Turner, se encuentran obras singulares como “Muchacha en la ventana” de Rembrandt o “Los placeres del baile” de Watteau, además de piezas de Claudio de Lorena, otro gran paisajista francés, Rubens con su “Puerto con el embarque de Santa Úrsula” o cuadros de Willem van der Velde, el Joven.

Por otro lado, el interés de Turner hacia la pintura antigua le llevó a rendir homenajes explícitos a algunos artistas destacados como Rafael, Ruysdael, Watteau y Canaletto, introduciendo explícitamente sus asuntos en los cuadros o haciéndoles protagonistas de ellos.

Turner se midió en su tiempo con los artistas de su época, en las exposiciones que tuvieron lugar en la Royal Academy, sobre todo con el otro gran paisajista británico John Constable. Ambos ocupan los mejores lugares de los museos británicos.

Resulta interesante comparar sus obras en las que juega, al final de su vida, con el naturalismo del holandés Ruysdael y el clasicismo del francés Claudio de Lorena, lo que le llevó a una intensidad pictórica hasta conseguir la transformación del paisaje.

Al igual que en la Fundación Thyssen, el Museo del Prado, en esta ocasión, hace pivotar la muestra en torno a un gran nombre, cabeza de fila y tiro de todos los demás, para centrar la atención del público en un artista clave y atrayente.