Hijos de la gran Rusia

Por orden del Presidente Putin, desde el día 7 de agosto y al menos durante un año, frutas y hortalizas, frutos secos, carne de cerdo, ternera y pollo (frescas o procesadas), leche y productos lácteos, queso y pescado de estos países no podrán comercializarse en territorio ruso.
El sector agrario vuelve a ser de nuevo el principal perjudicado de las tensiones entre Rusia y el resto del mundo. Aunque el gobierno de España ha dicho que este mercado representa solamente representa el 1,8% de las exportaciones de nuestro país, no deja de ser un varapalo importante, y no solo por lo que representa para nuestros productos, si no por lo que puede suponer en otros mercados internacionales, ya que nuestros socios europeos y el resto de países vetados tendrán que “pelear” por colocar los productos que no puedan colocar en el mercado ruso en otros destinos donde competimos todos. Y luego, cuando esto se solucione, tendremos que luchar de nuevo por volver a conquistar el mercado ruso, que seguro que es acaparado ahora por otros interesados.

La ministra Isabel García Tejerina se reúne hoy lunes con representantes de los productores, previo a la reunión del Comité de Gestión Extraordinario de la Comisión Europea del jueves, pero ya ha adelantado que en caso de perturbación de los mercados se podría pedir la reserva de crisis, creada en la última Reforma de la PAC, para atender a situaciones puntales, pero ya avanza que el objetivo prioritario del Ministerio es internacionalización de los sectores afectados y la búsqueda de nuevos mercados.

Y llevo tiempo queriendo hablar de la situación de la Peste Porcina Africana (PPA) en los países del Este, porque está relacionado también con el veto de Rusia a la carne de porcino y otros productos de origen animal. Una PPA aparecida por arte de magia que sirve de excusa, entre otras geopolíticas, para mantener el cierre de las fronteras de este país a este tipo productos de la Unión Europea, una situación que se alarga y alarga en el tiempo sin solución.

Se trata de barreras comerciales impuestas por un bloque económico que tiene mucha fuerza en todo el mundo, que presiona sin ningún tipo de contemplación a los países que no comparten sus políticas nacionales o internacionales. Es una especie de“guerra fría” que al final afecta a las empresas de los países afectados durante un periodo indefinido, marcado por ellos, por lo que imagino que en este nuevo caso se tendrá que buscar nuevos mercados porque la situación va a ir para largo.

Al que no le interrumpa las vacaciones el veto de Rusia, que siga disfrutándolas en esta semana de la Virgen, como se llama en muchas zonas de España.