www.euromundoglobal.com

Opinión

Época Ominosa

Por Concha Pelayo (*)

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Época Ominosa

Si Fernando VII, siendo Rey de España protagonizó la “década ominosa” (1823-1833), doscientos años después, la España de Felipe VI y listillos del reino, protagonizan, inequívocamente, una época de escándalos tales que urge la aparición de un Godoy reformador que sea capaz de desamortizar, en vez de los bienes de la iglesia, los bienes y propiedades de los españoles que han pasado, de ser patrimonio nacional y, por ende de los propios españoles, a ser propiedad privada de quienes nos gobiernan, léase bancos, especuladores, ayuntamientos y diputaciones y, en definitiva, quienes manejan y controlan el poder. Es como si  volviera a ponerse de moda el absolutismo, aquel sistema de gobierno que no tenía límites para gobernar y no rendía cuentas a la sociedad.

Da  la sensación de que se está rebobinando la historia de España para volvernos a instalar en el siglo XVIII.

Si aquellas revueltas de la década ominosa fueron debidas a un sistema que se hacía inviable, -desde Carlos III la monarquía había entrado en una fase de endeudamiento progresivo que hacía tambalearse  la Hacienda- la situación actual hace que se tambalee Europa y con ella a los  españoles. La desconfianza y el desánimo de esta época ominosa son consecuencia de la  sucesión de acontecimientos escandalosos donde miles de millones de euros han ido a parar a los bolsillos de una jauría de individuos instalados en todos los estamentos del poder y cuya vergonzosa gestión resulta insostenible.

Esta chusma advenediza de banqueros y politicastros entre  otros avariciosos chupópteros, juega con cierta ventaja respecto a aquella época porque todavía hay muchos españoles que no tienen hambre -aunque las cifras nos anuncian cada día del número de familias que viven de la caridad- y los estómagos llenos dan cierta calma e incitan a la reflexión y a las divagaciones y así los responsables del desastre actual juegan con cierto margen de tiempo, precioso, para preparar sus estrategias de defensa que, a todas luces resultan falsas. Los españoles de entonces no hubieran tenido la paciencia que estamos teniendo los de ahora porque la necesidad no reflexiona.

Fernando VII usaba peluquín, era la moda. Jordi Pujol usa el cinismo y la prepotencia como bandera catalana. Imagino como debe sentirse el pueblo catalán. En fin. La democracia implica transparencia y libertad, la democracia implica ética y moral pero quienes deberían ejercer todo esto usan las máscaras de la hipocresía para confundirnos. Se amparan y protegen los unos a los otros. Se delinque, se detecta el delito, se comprueba, pero se sigue justificando la indecencia. Ni quito ni pongo Rey.

 

(*) Concha Pelayo es escritora y crítica de arte y es además, miembro de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo de España (FEPET)

 

 

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (21)    No(0)

+
1 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8