Más de 5 millones de israelíes convocados hoy a las urnas

Hoy se celebran elecciones en el Estado de Israel. Están llamados a votar alrededor de unos 5,28 millones de electores, encargados de elegir sus representantes para el Knesset, o Parlamento israelí. El sistema de elección es por circunscripción única, mediente sistema de representación proporcional para listas de partido. Una vez elegidos los representantes, los partidos buscan, en caso de que ninguno haya obtenido una mayoría suficiente, una coalición que cuente con mayoría simple, que será la encargada de elegir el Ejecutivo de entre sus miembros. Así, cada cabeza de partido hace campaña para que su formación cuente con la mayor cantidad de votos posibles, lo que garantiza que forme parte de la coalición que vaya a gobernar, pudiendo además con muchas probabilidades, ser la formación de la que se elija el Primer Ministro, destinado a dirigir el Ejecutivo. En estas elecciones son dos partidos los que encabezan las preferencias del electorado, por una parte se encuentra el derechista Likud, dirigido por Benjamín Netanyahu, y frente a ellos Kadima, el partido liberal de inspiración centrista encabezado por Tzipi Livni, actual Ministra de Asuntos Exreriores de Israel, muy criticada por ser la cabeza visible de Israel durante el reciente asedio contra Hamás en los territorios ocupados de Gaza que ha causado tantas víctimas civiles entre la población palestina. El tercer partido en discordia sería el partido Laborista de Ehud Barak, de izquierda moderada, al que no se le presagian buenos resultados en estas elecciones, pero que siempre cuenta con la suficiente representación como para ser un partido 'bisagra' que podría estar en la coalición gobernante, con más posibilidades de ser llamado a coalición por Kadima, de inspiración centrista, que por el Likud, en el lado opuesto ideológicamente hablando.

Todo se ha revuelto un poco con las últimas encuestas de intención de voto. El Likud aspira a obtener entre 25 a 27 escaños, y Kadima entre 23 y 25, de un total de 120 que tiene el Knesset. El resurgimiento de la derecha en Israel ha dado como tercera opción en las últimas encuestas, incluso por encima del Partido Laborista, al partido Israel Beytenu, de Avidor Liberman, aunque Ehud Barak, líder del laborismo y Ministro de Defensa, había salido bastante reforzado en su posición después de las incursiones en Gaza.

El millón de votantes indecisos tendrán que elegir entre Livni, centrista y moderada, defensora del diálogo con los palestinos, pero que ha demostrado ser inflexible en su lucha contra el terrorismo; Netanyahu, tradicional defensor de la política más dura del Gobierno israelí en cuestiones como los asentamientos en los territorios ocupados (aunque firmara los acuerdos de Wye Plantation en 1998 por los que hacía concesiones a los palestinos); Barak, una baza todavía a tener en cuenta por su demostrada firmeza como Ministro de Defensa en la reciente guerra contra Hamás en Gaza; y Liberman, ultranacionalista que ha resurgido a base de captar votos del Likud, precisamente por la exacerbación nacionalista resultado de los enfrentamientos de Gaza.

Livni y su partido, Kadima, apelan al 'voto útil' e intentan que electores tradicionalmente laboristas acaben apoyando su opción, para poder darles la opción de triunfar sobre el Likud, y acabar formando coalición precisamente con los laboristas, más próximos a Kadima en ideología, y otros partidos menores. Por la otra parte, el Likud sufre el acoso de los radicales de Liberman, que están restando intención de voto al partido de Netanyahu. Y parece que Liberman será el auténtico ganador, porque ya sean unos u otros quienes finalmente obtengan la mayoría, deberán contar con el partido de Liberman, como tercera fuerza más votada, para formar coalición de gobierno.

El sistema proporcional por ciscunscripción o distrito único garantiza una representación para cada opción política dentro de israel, de ahí la abundancia de partidos políticos, que abarcan un gran abanico ideológico, pero que tienen la inestabilidad política como consecuencia. El fantasma del programa nuclear de Irán, una crisis económica que llega tarde a Israel y que golpeará de lleno al Ejecutivo que salga de estas elecciones hacen probable que se constituya un gobierno de unidad nacional, que aglutine tanto al Likud, como a Kadima, al partido Laborista y por supuesto a los ultranacionalistas de Israel Beytenu. De momento parecen los problemas más inmediatos, puesto que el asunto palestino parece estar bastante olvidado por todos los partidos políticos durante esta campaña. Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina ha manifestado que espera poder trabajar con el que resulte ganador, a sabiendas de que no resultará fácil.