Crueldad Social

Eso sí, se ha producido una variación entre los términos usados para los casos de diferencias físicas y mentales.

A los primeros se les ha llamado minusválidos, discapacitados y disminuidos, a los segundos se les calificó de anormales, subnormales, deficientes e incluso en los casos de trisomía del par 21 de cromosomas, mongólicos.

Es curioso como la arrogancia del ser humano, su prepotencia de creer que es perfecto le conduce a calificar siempre con términos peyorativos a los que no gozan de los mismos rasgos y facultades.

Empezando por el término anormal y subnormal, en mis años de estudios de Psicología y posterior práctica de la misma, nadie supo explicarme donde se encuentra la línea de separación entre lo normal y lo anormal, salvo el criterio meramente estadístico.

¿Acaso esta sociedad es normal?¿son normales nuestros políticos, gobernantes y sindicalistas?, ¿Lo normal es manejar las reglas del juego corrupto, prevaricador y malversante?. ¿O quizás lo normal sea ser desmedidamente ambicioso, maquiavélico, cruel y repugnante, como otra buena manada de seres humanos que llenan nuestras ciudades y países?  

Siguiendo con las diferencias físicas, cuando la sociedad se ha preocupado mínimamente por los discapacitados y minusválidos, se ha demostrado que pueden estar cada vez  mejor adaptados y son de hecho absolutamente eficientes realizando cualesquiera tareas, trabajos y funciones asignadas a cualquier otro ser humano “capaz y válido”.

En definitiva, se me ocurre pensar que la subjetividad de nuestra sociedad que todo lo ve, juzga y mide bajo sus criterios narcisistas y excluyentes, es la culpable de tanta segregación y marginación. Y como la sociedad la componemos nosotros, solo puedo concluir que somos segregantes y excluyentes, y que todavía estamos a tiempo de aprender a ver y reconocer a estas personas especiales como lo que son, ángeles que han venido a enseñarnos que la homogeneidad total es un paradigma de intransigencia. Sólo tenemos que observar la sonrisa y la inocencia de un niño con síndrome de Down para constatar que somos nosotros los anormales e incapaces de contemplar su bondad y su sencillez ejemplares. 

 (*) Joaquín García Martín

Escritor y poeta, ha publicado un libro de poemas y se apresta a la publicación de su primera novela. Psicólogo por la Universidad Autónoma de Madrid, es también Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Funcionario del Cuerpo Superior de Administradores del Estado, ha desempeñado distintos puestos directivos en departamentos ministeriales, y actualmente ocupa el puesto de Subdirector General Adjunto en el Ministerio de Fomento.