Dolores Tomás, una coleccionista de arte ruso siglo XX

Condecorada por las autoridades rusas como mecenas de los artistas del país, Dolores Tomás (Madrid) hizo su colección paulatinamente a lo largo de treinta años (1977 – 2007), adquiriendo obras de artistas actuales rusos de las diferentes escuelas de Vologrado. Un recorrido ribereño a lo largo del río Volga.

El nombre Dolores Tomás es bien conocido entre los pintores de Rusia, a nueve de los cuales patrocinó su viaje a Madrid para que se encontraran con sus colegas, miembros de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. “Fue un encuentro emotivo y enriquecedor para todos”, declara la señora Tomás.

Como coleccionista apasionada, ama sus cuadros como si fueran hijos y teme la amenaza del conocido aserto de que “toda colección es una pasión que se deshace en una testamentaría”, por ello Dolores Tomás sueña con que algún día pueda encontrar una institución que se haga cargo de esta colección tan singular para que no se deshaga en el futuro.

Frente a los conjuntos de obras de arte de un gusto ecléctico, las obras de la colección de Dolores Tomás constituye una verdadera colección por cuanto se articula en torno a un concepto claro: el arte ruso del siglo XX y primeros del XXI. En ella se pueden ver retratos, paisajes y bodegones, así como algunas escenas de género de la industria, la política o la guerra.

Aron Buj, Alexei Borodin, Valentina Globina, Nadezhda Chernikova, Alexander Jarkovski, Lidia Nefeidova Piotr Andrianov, Vladimir Zajarkin, Rostov Veliki o Alexander Daniliechev son entre otros nombres que se encuentran en la Colección. “El arte es siempre una respuesta a los acontecimientos de la historia”, dice la coleccionista. Las obras de arte siguen siempre el pulso vital de su creador y ello puede verse con certeza en esta Colección Rusia siglo XX de una coleccionista apasionada por este arte.

La adquisición de obras de arte por la coleccionista española Dolores Tomás fue de una gran ayuda para los artistas rusos en su momento. Hoy hay que contar con ella para cualquier exposición que se precie del siglo XX. “Todo tiene un tiempo y, por ahora, no tengo intención de adquirir más obras. Es otro momento en mi vida, de exhibir las que tengo, estudiar la colección y situarla en el lugar adecuado”, señala la señora Tomás.