Bello recital de piano a cuatro manos de Juan Mendívil y Dimitar Lazarov

Un bello recital en esta modalidad pianística de vocación orquestal que es el piano a 4 manos.

Así pudimos oír, en primer lugar, una sonata de Juan Cristiann Bach, el hijo pequeño del gran Juan Sebastián Bach, considerado con el primer concertista de piano moderno. Una bonita y clara sonata, con una escritura que habría de influir en Mozart, que fue brillantemente expuesta por los intérpretes

Después escuchamos una Sonata de Beethoven con dos tiempos: el primero voluntarioso y turbulento, que fue abordado por los pianistas con apasionamiento, y el segundo, un rondo delicado, que gustó mucho.

A continuación, nada menos, que los 16 valses de Brahms; una obra romántica, impresionante en todos los sentidos, en la que Mendívil y Lazarov Kanorov mostraron una enorme compenetración y entrega.

Y así llegamos a un exquisito y sensual Debussy, lleno de sutilezas impresionistas, colorido, imaginación y versatilidad sonora, en donde lo más importantes es encontrar el clima, el ambiente de ensueño de ese gran músico; y los pianistas lo encontraron.

Finalmente esa maravilla que es Maurice Ravel, que nos trasladó a un mundo onírico, sutil, imaginativo y verdaderamente mágico.

Fuera de programa Juan Mendívil Y Dimitar Lazarov Kanorov interpretaron una pequeña, brillante y rítmica obra de Kavalevsky, que fue muy apreciada, y la maravillosa aria de la Cantata secular BWV 288 de Juan Sebastián Bach, una obra tan trascendental y profunda, que realmente impresiona.

Un público muy cariñoso y entregado siguió con plena atención todas estas peripecias musicales.

Realmente fue un bello e inolvidable concierto.

Felicitaciones a todos: pianistas, público y programadores.