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Las ventas de El Corte Inglés cayeron un 18% durante 2013 

Por Teresa Sánchez y remitido por Quino Moreno

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Hasta el próximo 31 de agosto no se harán públicos los resultados de El Corte Inglés del último ejercicio, cerrado en febrero, pero aún así todo apunta a que no serán buenos. El gigante de la distribución sigue sin encontrar su modelo de negocio, su deterioro tanto en ventas como en resultados es imparable y en la compañía empiezan a surgir serias dudas sobre su futuro, especialmente porque la gestión de Dimás Gimeno, el sobrino del presidente, Isidoro Álvarez, empieza a chocar con el inmovilismo del consejo de administración.

Nombrado hace casi un año director general y número dos de la empresa, Gimeno, de 38 años de edad, licenciado en derecho y con dos máster en gestión comercial, ha intentado rodearse en los últimos meses de un equipo joven y aportar nuevas ideas, dando un vuelco radical a los grandes almacenes. Pero, según explican desde la propia compañía, se está encontrando de frente con serias dificultades para llevar sus planes a cabo y las diferencias con la alta dirección, algunos de cuyos miembros llevan décadas trabajando para el grupo, empiezan a ser notables.

Con un consejo en el que la media de edad supera los 65 años, El Corte Inglés se está convirtiendo en un dinosaurio al que sus competidores empiezan a devorar por todos los lados. Empresas como Inditex o Mango le barren ya en el sector de la moda; Mercadona lo hace en alimentación; Ikea en muebles y diseño y las agencias de viajes online en el sector turístico. Antes de que se iniciara la crisis, en 2007, El Corte Inglés alcanzó una facturación de 17.898 millones de euros, con un beneficio neto de 747 millones.

Las inversiones ascendieron ese ejercicio 1.638 millones, con lo que se superaron por segunda vez los 1.600 millones y alcanzaron un total de 3.280 millones en dos años. Desde entonces y hasta 2012, el último año del que hay cifras disponibles, las ventas han caída más de un 18 por ciento, hasta 14.552 millones de euros; el beneficio se ha dividido por cuatro, hasta 171 millones, y la inversión apenas supera los 570 millones, con la destrucción además en estos años de cerca de 20.000 puestos de trabajo.

Pero lo peor, según admiten en la propia compañía, no es ya eso, sino la falta total de rumbo. Lo peor es que El Corte Inglés, que ha dejado de ser el líder del comercio, no sabe muy bien cuál debe ser su rumbo. Los bandazos, de hecho, han sido constantes en los últimos años.

Por un lado, baja precios de forma generalizada, imitando con años de retraso a sus competidores, pero por el otro insiste en perseguir al cliente de mayor poder adquisitivo. Y algo  parecido ocurre también con la internacionalización. Hubo un momento que parecía que daba un paso al frente, cuando tras la llegada a Portugal empezó a plantearse su desembarco en Italia -llegó a anunciar incluso que estaba estudiando entrar en Europa del este y Latinoamérica-, pero ahora en cambio su presidente Isidoro Álvarez, insiste en las juntas en que lo que quiere no es salir fuera sino que el cliente de lujo venga a España para que compre en sus centros.
"Todo el mundo sabe cuáles son las líneas estratégicas o el modelo comercial de empresas como Inditex o Mercadona, pero, en cambio resulta muy complicado definir cuáles son los objetivos que se está marcando El Corte Inglés", aseguran en el sector. "Sus competidores se ajustan a las demandas de los clientes, pero Isidoro Álvarez intenta en cambio sustituirlos. Si los españoles ya no le sirven para mantener el crecimiento, apuesta en lugar de salir e ir a buscarlos por traerlos de fuera y los resultados están a la vista", insisten.

La cuestión que se empieza a plantear así en la zona noble de El Corte Inglés es si Dimás Gimeno estará dispuesto a aguantar y esperar hasta poder tomar definitivamente el mando y darle un vuelco total a la gestión, si es que para entonces no es demasiado tarde, o si al igual que ha ocurrido con otros altos directivos fichados en los últimos años acaba marchándose.

Entre los años 2006 y 2009, El Corte Inglés hizo algunos fichajes estrella con el objetivo de rejuvenecer su cúpula directiva. Entre otros, incorporó por ejemplo a José María Folache, ex director general comercial de Carrefour y antiguo consejero delegado de la filial española; a José Ignacio Caballero, exdirector general de Coca-Cola Gestión, la división de grandes clientes de la multinacional; a Pedro Gil, director de Operaciones de Leroy Merlin o a Borja de la Cierva, ex director general financiero de Inditex.

El problema es que, al igual que le está ocurriendo ahora a Dimás Gimeno, se produjo también un choque de trenes y ante el inmovilismo imperante en la compañía, algunos de ellos, como Folache o Caballero optaron por abandonar al poco tiempo la empresa.

Al contrario de lo sucedido con ellos, todo indica que Gimeno, siendo como es el hijo de la hermana del presidente y sucesor como tal en la empresa, seguirá en la misma. Pero habrá que ver si logra su objetivo de rejuvenecer no sólo sus estructuras, sino también su imagen externa y si la compañía fija así su camino y empieza a plantearse nuevos retos en el futuro. De momento, y por primera vez posiblemente en su historia, El Corte Inglés no tiene en mente ni siquiera nuevos proyectos de apertura, al menos en lo que a los grandes almacenes se refiere.

 

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