El jurado, presidido por Javier Díez de Revenga estuvo formado por Juan Carlos Abril, Joaquín, Juan Penalva, Arcadio López yJuan Pastor; como secretario actuó Aitor Luis Larrabide, director de la Fundación que convocaba el premio.
A mis “maestros de la sospecha” dedica entre otros el libro Olalla Castro Hernández (Granada, 1979). La autora es licenciada en Periodismo y Teoría de la Literatura y está terminando la tesis doctoral sobre Enrique Vila-Matas. Además de cantante, Olalla ha participado en algunas antologías y ha colaborados en columnas periodísticas de La Opinión de Granada.
El libro de casi un centenar de páginas se divide en: la vida en los ramajes; Las Otras invisibles, Negritudes; Los modos del deseo o la mujer-sujeto y Autobiografías apócrifas.
La reivindicación de la fuerza y valor de ser mujer es el concepto que trasvasa todo el poemario La vida en los ramajes, donde la autora, conocedora de la tradición literaria, busca nuevas manifestaciones y reta la misma tradición en su manifestación ideológica, siempre con un lenguaje poético y estético de nuestros días.
En el poema “Homero mintió”, Olalla dice: No era a tejer y a destejer esperas/ a lo que dedicaba Penélope las noches./ Dormían sus pretendientes esperanzando, ávidos, ver al fin la mortaja de Laertes,/ mientras ella inventaba sus propias odiseas.
La autora busca en la historia de la esclavitud negra la redención y la parangona con la de la mujer. Emocionante el poema “Rosa Park no quiso levantarse”; interesante “La señorita Jo”, sobre el personaje escritora del libro Mujercitas