En marzo, la Conferencia de Obispos Italianos les dijo a sus miembros que tenían la "obligación moral" de ayudar a la justicia, pero ninguna obligación legal de informar a la policía sobre los casos sospechados de abuso de niños por parte de clérigos. Las asociaciones de víctimas también señalaron que ningún obispo enfrentó jamás un castigo por parte del Vaticano por proteger a sacerdotes pedófilos que estuvieran bajo su órbita.
La Santa Sede firmó la Convención de la ONU contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes en 2002. En una audiencia pública a principios de este mes, el embajador del Vaticano ante las oficinas de la ONU en Ginebra, el arzobispo Silvano Tomasi, informó que 848 sacerdotes fueron expulsados y 2 572 degradados en el periodo 2004-2013 por el delito de abuso sexual.
Sin embargo, los expertos de la ONU mencionaron casos de curas sospechosos de pedofilia que fueron transferidos a otras diócesis "donde siguieron en contacto con menores y otros que son vulnerables" y "en algunos casos" continuaron con los abusos. Asimismo, cuestionó la afirmación de la Santa Sede según la cual no podía ser responsabilizado por delitos cometidos por sacerdotes en todo el mundo, sino sólo por aquellos cometidos en los confines del Vaticano, la nación más pequeña del mundo. Esta posición fue reiterada hoy por el Vaticano en una declaración difundida en Ginebra.
La vicepresidenta del Comité, Felice Gaer, explicó en cambio que el Vaticano no es responsable por la actuación de todo creyente. "Pero los casos que analizamos y criticamos parecen fundamentar que la Santa Sede ejerce su control mucho más allá de la Ciudad del Vaticano", afirmó. La Santa Sede, por su parte, dijo en un comunicado que "tomará seriamente en consideración" las recomendaciones del panel de la ONU. El Comité también urgió al Vaticano a que asegure una compensación adecuada para las víctimas, señalando la negativa de las órdenes religiosas en Irlanda a contribuir a un fondo estatal para personas víctimas de abusos en las llamadas "lavanderías de la Magdalena" regentadas por monjas católicas.
Además, pidió a la Santa Sede que vuelva a informar sobre los progresos realizados en mayo de 2015. En Roma, funcionarios del Vaticano dijeron que "tomarán bajo seria consideración" los temas mencionados por los expertos de la ONU. Sin embargo, el Comité también dio cuenta de algunos avances positivos, como un endurecimiento de las leyes penales del Vaticano sobre torturas y abuso de niños, el pedido del papa Francisco de ser "aún más firmes" en el manejo de este tema y su decisión de crear un comité de expertos para tratar este asunto.
En una decisión que complació a la Santa Sede, los expertos evitaron desafiar otras posiciones del Vaticano sobre temas como el aborto o la homosexualidad, como sí lo hicieron en febrero cuando el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, con sede en Ginebra, hizo su propia revisión sobre la Santa Sede.
En ese entonces, acusó a la Iglesia católica de cubrir de forma "consistente" los abusos de niños y la urgió a dejar de lado su prohibición sobre el aborto, enseñar planeamiento familiar en las escuelas y acercarse a adolescentes gays, niños nacidos fuera del matrimonio y aquellos criados por parejas del mismo sexo.
Todo ello hizo que el Vaticano afirmara que el Comité había seguido el consejo de grupos de defensa de los derechos de los gays, y denunció un "intento de interferir con la enseñanza de la Iglesia católica y la dignidad de la persona humana y el ejercicio de la libertad religiosa".
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/mundo/Vaticano-criticas-ONU-sexuales-pedofilia-Papa-Francisco_0_1143485745.html.
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