La otra cara de la crisis

Tienes la sensación de que los cronistas se pasan el día echando cuentas y hablando de economía, yo mismo a veces he caído en la misma trampa atraído por la vorágine de esa especie de tornado contagioso que parece ser que es la crisis económica, todos somos “contables” y nos pasamos el día echando números y cuentas de nuestros bienes, de nuestros créditos, de nuestras deudas, las deudas del Estado, las de las familias, las de los países vecinos, las de nosotros mismos, en fin manoseando monedas o más bien obsesionados con el mundo material y con nuestro futuro sin darnos cuenta con harta frecuencia que además de ese mundo de la materia existe otro, el del espíritu al que apenas dedicamos una parcelita muy pequeña de nuestro tiempo y precisamente ese tiempo es el que nos podría redimir de tanta miseria porque la mayor pesadilla más que la miseria es estar pensando constantemente en ella. Indudablemente mucha culpa de esto la hemos tenido los periodistas y ciertos escritores que no deberíamos olvidar que la liberación de ese pesimismo  la comienzas a ver con claridad precisamente cuando, como decía antes, caes verdaderamente enfermo o te ves tan minusválido que hasta para pedir un vaso de agua o para que te acerquen un bolígrafo tienes que llamar a tu mujer o a tu hija con lo que todo eso incordia  a la otra persona sobre todo cuando es reiterativo.

Pensemos todo lo que Dios nos da cada día de nuestra vida y que puede ser desde abrir los ojos y ver nuevamente la luz del sol, has poderte mover por tu habitación para levantarte del sillón y coger el teléfono.

Esto realmente poco tiene que ver con la economía, con la recesión e incluso con el paro, conozco vagabundos ilustrados que llevan una vida infernal, pero se pueden mover, todos nos quejamos de lo que no tenemos y cuando tenemos todo en el presente nos preocupamos por el devenir del contagio con la economía chipriota o con las amenazas nucleares de Corea del Norte sin llegar a pensar que si Dios no nos estuviera sosteniendo cada segundo de nuestra vida pereceríamos en el acto o como decía aquella anciana que se confesaba con el ahora papa Francisco la creación entera habría desaparecido en un pis-pas.

Así es la cosa, todo es muy relativo, hay cosas peores que la crisis económica y es el tema de la salud, perder la salud, porque cuando la tenemos la damos por descontado. Por eso aunque es un tema importante la economía no es solo el único hay otros tan importantes o más que ella, pensar en esas otras realidades no solo aligeraría nuestras angustias sino que a lo mejor ayudaba a paliarlas. Los grandes sabios y los santos sabían mucho de esto.

(*) German Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos.

Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)