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El Plan de Retorno Voluntario, no ha calado entre los inmigrantes

“100.000 inmigrantes podrán volver a sus países con el plan de retorno voluntario"

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Esta era en resumen, la frase que se desprendía de las optimistas apreciaciones que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero expresara por boca de su vicepresidenta Fernández de la Vega el verano pasado, pocas semanas antes de la aprobación del texto legal que puso en marcha el Plan de Retorno Voluntario al cual, al día de hoy, no deben contabilizarse todavía, un millar de personas apuntadas y es que según fueron pasando las semanas después de aquel primer anuncio, el propio gobierno debió recoger velas y corregir a la baja considerablemente, sus optimistas apreciaciones iniciales para situar entonces, en una decena de miles o posiblemente dos, el número de extranjeros que querrían volver a su país en las condiciones fijadas al efecto y es que bien mirado, el Plan de Retorno Voluntario tiene todas las características para sencillamente, no interesar a nadie excepto unos pocos, para regresar a su país de origen.

Ya desde el inicio, los colectivos de inmigrantes residentes en Madrid, acogieron con reservas las declaraciones y anuncios de personeros del gobierno respecto de esta propuesta que, a la luz de un simple análisis se planteaba bastante inviable. Como se sabe, los trabajadores que se acojan a esta propuesta del Gobierno percibirán un adelanto del 40% de su prestación de desempleo antes de abandonar España, y el resto, un mes después de llegar a su país. Los trabajadores que se acojan a este plan tendrán que esperar tres años antes de solicitar una nueva autorización para vivir y trabajar en España, aunque pasados cinco años, "tendrán derecho preferente para volver y formar parte del contingente" de empleo.

Las preguntas y dudas que les surgen a los inmigrantes ante esta alternativa

Hasta aquí, en opinión de dirigentes de agrupaciones de inmigrantes, todo se ve muy bien y hasta parece bonito pero, no se han considerado una serie de situaciones que conforman hechos reales y tangibles como por ejemplo:
• Es sabido que muchas empresas contratan a sus empleados inmigrantes con salarios básicos en nómina muy bajos, y que para engrosar la paga mensual, se recurre al llamado “pago en negro” Por tanto, ¿Cómo se hará para conseguir cifras de subsidio de desempleo que sean razonables para volver y comenzar una vida nueva en el país de origen?
• Sólo en billetes de avión para el regreso, una familia normal compuesta de cuatro personas (matrimonio más dos hijos) gastaría como mínimo a cualquier país de Sudamérica, una media de 3.500 euros.
• Cada billete da derecho a llevar 20 kilos de equipaje. ¿Cómo puede pensarse que una familia que lleva viviendo en España 6 o 7 años puede regresar a su país definitivamente, llevando 20 kilos de equipaje por persona?
• ¿Qué harán los emigrantes que deseen retornar voluntariamente a sus países con todos los enseres adquiridos durante su estancia en España?, ¿Deberán llevarlos como carga o exceso de equipaje?, ¿regalarlos? ¿botarlos?
• Si optaran por llevárselos a sus países, ¿se contempla algún subsidio o dinero adicional para “trasladar” una casa o los enseres que se han comprado a lo largo de años viviendo aquí? ¿Qué pasará con las camas, televisores, ordenadores, ropa, utensilios domésticos, etc., etc. que los inmigrantes han comparado para vivir en España? porque hay que pensar que estas personas deberán llegar a sus países de origen prácticamente, a alquilar y montar una casa nueva. ¿Cómo ha supuesto el gobierno que deberán marcharse estos inmigrantes? ¿sólo con el billete de avión, lo puesto y 3.000 euros en el bolsillo?
• ¿Se habrán hecho los cálculos reales de lo que corresponde por subsidio de desempleo a un trabajador que lleva 4 años trabajando como “regular” (después de la última regularización masiva) y que en nómina tiene sólo 700 euros como salario base y que acaba de quedarse en el paro?

Lo que piensa el inmigrante de la calle de la propuesta del gobierno: La oferta de retorno voluntario deja indiferentes a los inmigrantes bolivianos

• ¿De cuanto dinero estamos hablando?
• ¿Habrá algún subsidio o tratamiento especial para los billetes de avión?
• ¿Qué haremos con todos los enseres adquiridos durante nuestra estancia en España?
• ¿Como nos los llevamos?
• ¿Habría una tarifa especial de carga por retorno?


Ningún entusiasmo, al menos generalizado, ha suscitado en la colectividad boliviana residente, el anuncio hecho por el gobierno en orden a incentivar el retorno de los inmigrantes en paro, a sus países de origen y las preguntas arriba reseñadas, son las que se han hecho los inmigrantes consultados por este periódico.

Una rápida encuesta hecha a pie de calle en la salida del Metro de Usera el pasado viernes, nos daba la clara percepción de que esta oferta del gobierno no resulta en absoluto, atractiva para una gran mayoría de los bolivianos consultados.

P. Mamani, por ejemplo, oriundo de La Paz y con siete años de residencia en Madrid, consiguió sus papeles en la última regularización masiva, con la condición de pagarse el mismo, las cotizaciones a la seguridad social ya que su empleador de entonces si bien accedió a darle la oferta de trabajo, no estuvo de acuerdo en asumir el mayor costo que significaba la cotización reglamentaria: Consultado Mamani sobre un eventual retorno en caso de quedarse en el paro, su respuesta es tajante: “de ninguna manera lo aceptaría ni lo solicitaría puesto que tomando en cuenta que sólo llevo tres años trabajando con papeles y tengo una nómina muy pequeña, lo que cobraría de paro se me iría en pagar los billetes de avión para mi familia que en total, somos cinco personas y, por otro lado, ¿que podría hacer en Bolivia con el dinero que me sobrase después de pagar todos los gastos de viaje y de reinstalación en Bolivia?... nada, porque allí todavía hay menos oportunidades que aquí. No estoy en el paro pero si llega, ya me las rebuscaré. Estoy acostumbrado a ello”, termina diciendo con resolución este paceño de marcados rasgos andinos que actualmente trabaja como jardinero en un gran chalet a las afuera de Madrid.

Felicitas Quispe, una cochabambina que lleva 12 años viviendo en España, casada y con tres hijos ya mayores, dice que han conversado con su marido e hijos la posibilidad ofrecida por el gobierno y afirman de manera rotunda que “les costó muchos sacrificios conseguir los papeles para ellos y luego, traer a sus hijos fue un auténtico drama y que no están dispuestos a volver ya que significaría perder todo lo que han ganado aquí”.

Flor C., lleva sólo cuatro años y recién acaba de obtener la autorización de residencia por reagrupación familiar solicitada por su madre y dice que prefiere “trabajar en cualquier cosa”, antes de regresar a Bolivia, donde –según dice-, no hay ninguna posibilidad de un trabajo medianamente bien pagado.

Francisco M., que se define de entrada como un “camba auténtico”, dice que aún en crisis, “los inmigrantes podemos encontrar un trabajo porque no tenemos inconvenientes en aceptar lo que venga e incluso, si hay que cambiar de ciudad, nos vamos donde haga falta. En eso –dice-, aventajamos al español que aunque esté en paro, prefiere quedarse donde ha vivido siempre porque sabe que de alguna manera, su familia le ayudará. Nosotros en cambio, estamos solos y como tal, tenemos que buscarnos la vida, solos. Actualmente está empleado pero si perdiera el trabajo, no se acogería de ninguna manera al plan de retorno. “Me ha costado –dice-, muchos sacrificios llegar aquí y obtener mis papeles como para ahora, y por tres o cuatro mil euros que no me servirán de nada, tirar todo por la borda. Me quedo aquí”, concluye este cruceño que trabaja como motorista en una empresa de mensajería española desde hace cinco años.

Leontina M., es la única que dice que, “dependiendo de lo que le dieran, podría considerarlo, pero el problema –dice-, es que hasta ahora, ninguna autoridad ha hablado de cifras y el gobierno parece no saber que la mayoría de los inmigrantes tenemos en nómina unos salarios muy bajos y por consecuencia, nos correspondería una cantidad muy pequeña por el subsidio de paro. Creo que el gobierno haría bien en decir de cuanto dinero estamos hablando y si habrá algún subsidio o tratamiento especial para los billetes de avión y, otra cosa muy importante. ¿Qué haremos con todos los enseres adquiridos durante nuestra estancia en España? ¿Como nos los llevamos?, la carga aérea cuesta un horror y entonces, no valdría la pena. Todo esto me parece muy poco claro o, cuando menos, muy apresurado, termina diciendo Leontina, cochabambina que lleva 9 años en España, está casada, tiene tres hijos, habla perfectamente inglés y trabaja en una empresa multinacional de envíos de dinero.

Todo hace pensar que las preguntas que se hacen lo inmigrantes y las apreciaciones en cuanto a lo que ha significado para ellos conseguir sus papeles y regularización, son los principales escollos para acogerse a un Plan de Retorno que en la práctica, no ofrece ningún incentivo que asegure mejores condiciones de vida en el país de origen tomando en cuenta precisamente, que fueron las condiciones originales, las que les impulsaron a venir a España a la búsqueda de mejores perspectivas de vida.
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