La tumba está instalada en las proximidades de la ciudad de Luxor, donde está la casa-museo de Howard Carter, el arqueólogo británico que en 1922 descubrió intacta dicha cámara funeraria.
El lugar se hizo en base a imágenes en 3D
Adam Lowe, el británico a cargo del proyecto, señala que la construcción del lugar se hizo en base a imágenes en 3D, captadas hace cinco años.
De este material se han inspirado para reflejar de la forma más fiel posible esa herencia cultural en paredes de poliéster con fibra de vidrio a las que han revestido con una especie de “piel” elástica y rugosa.
“Quitar el polvo de las paredes fue increíblemente difícil, entre otras cosas porque la pintura es muy frágil”, sostiene Lowe.
En esta reproducción están también los parches, microbacterias y defectos acumulados desde la creación de la última morada del llamado “faraón niño”.
Faraón niño
Tutankamón murió joven, tras un breve reinado entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente, pero fue el descubrimiento de sus tesoros lo que hizo que se desatara una fiebre por la egiptología.
Esta réplica podrá soportar más de medio millón de visitas al año, según sus autores. Si las autoridades egipcias lo creen conveniente, puede ser una opción para reducir y, llegado el caso, incluso parar la afluencia de turistas a la tumba original, que con más de 3.300 años de antigüedad sufre el desgaste del paso del tiempo y de la curiosidad humana.