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HISTORIAS DE TANGO

Un año gardeliano (III)

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Carlos Gardel con Nona Maris en Cuesta abajo en 1934
Carlos Gardel con Nona Maris en Cuesta abajo en 1934
Seguimos instalados en el año 1934 en la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos de América. Recordemos que en el artículo anterior hacíamos mención al debut radial de Carlos Gardel en la emisora NBC, el 31 de diciembre de 1933.

A partir de ese momento las presentaciones del cantor serán habituales, cosechando grandes éxitos al que dan cobertura los medios de difusión de la época.
A partir de ese momento las presentaciones del cantor serán habituales, cosechando grandes éxitos al que dan cobertura los medios de difusión de la época. La fama del ídolo se va acrecentando y su popularidad se desparrama hasta límites insospechados. Al fin, se abren las puertas del celuloide americano. Ya venía precedido del éxito de sus cuatro películas francesas. En mayo de 1934 se rueda el primer film de la etapa neoyorquina.

Se titula “Cuesta abajo” (como uno de sus tangos) , está dirigido por Luis Gasnier y le acompañan en los papeles principales, Mona Maris y Vicente Padula. Este último encarna a un capitán de barco y es excelente es la escena junto al “morocho del abasto” en cubierta, cuando éste interpreta “Mi Buenos Aires querido”. Recordemos que en esta película canta Carlos Spaventa ( que antes de la llegada de Gardel a España cosechara tantos éxitos) una zamba titulada “En los campos de flor” y el estilo “Olvido”, ambos obras del Zorzal Criollo y Alfredo Le Pera

El contrato con la Paramount era implacable. Como buenos americanos del norte, la rentabilidad era prioritaria y había que sacar en el menor tiempo posible el mayor jugo a la fama y al físico del astro. Al mes siguiente ya comienzan a rodar la segunda película. Se llamará “El Tango en Broadway”, estará también dirigida por Gasnier, con argumento de Le Pera (igual que en la anterior) y entre otros, los actores Trini Ramos, Blanca Vischer y Vicente Padula.. Como en la anterior, la voz del ídolo en sus populares canciones, superan al simple argumento, a tal punto que, al igual que en salas cinematográficas de otros países, el público hacía parar la proyección para que se repitieran las escenas donde canta Gardel, que al margen de los rodajes, sigue actuando en radio y grabando discos.

Por fin, el 25 de agosto de 1934, se embarca en el vapor “Bremen” junto a Vicente Padula, rumbo a Europa. Aunque en sus planes figuraban las ciudades de París y Niza, su afán principal era el de visitar a su madre en Toulouse que se encontraba visitando a sus parientes. Una vez más, volvía el ídolo a su lugar de nacimiento y esta sería su última visita al viejo continente. El 15 de octubre de 1934, en el mismo barco, regresa Gardel a Nueva York. La revista argentina “Tanguera” recoge en un número especial publicado en 1965, la carta que el cantante envía a Buenos Aires a su albacea Enrique Defino. En unos de sus pasajes dice Gardel: “....Yo he llegado oportunamente y todo me hace pensar que por fin esta semana se firmará el contrato de opción, que para mi representa cerca de cuarenta mil dólares. Claro que esta gente quiere hacer películas conmigo hasta el año 2000, si siguen dando dinero, pero el contrato que habíamos firmado es muy complicado y vos sabés que cuando se firmó, no estaba la situación para ponerse extremadamente exigentes.” En la próxima nota continuaremos relatando los momentos sobresalientes en los últimos meses de vida de Carlos Gardel.

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