Un año gardeliano (II)

Habíamos reflejado en el número anterior, el debut del cantante en Nueva York, más precisamente en la emisora de radio NBC, el 31 de Diciembre de 1933, a las 20,30 horas, secundado por una orquesta de diecinueve instrumentistas. Para apreciar en toda su medida la importancia que tenía Gardel para esta broadcasting, señalemos que había suscripto un contrato que le aseguraba una ganancia de 315 dólares semanales. Toda una cifra en aquél país que estaba recién salido de la Gran Depresión. Clave para el futuro del francés, era aquél estreno. El periodista Hugo Mariani del diario Clarín de Buenos Aires, escribió al respecto:“Nunca hasta esa fecha se había pagado tanto en los Estados Unidos a un artista extranjero, prácticamente desconocido allá. Su actuación entraba en la categoría de los grandes programas exclusivos de la más popular de las broadcastings norteamericanas. Para calcular aproximadamente lo que costaba a la NBC la presentación de Gardel, cabe agregar, que a los sueldos de éste, había que sumar los de los directores musicales, orquesta, propaganda, arreglos musicales, etcétera.” (1)

Las audiciones posteriores van convocando cada vez más público en el recinto habilitado por la emisora a tal efecto, y el número de oyentes. Elocuente y descriptivo, es el comentario del crítico de arte David Sentner, de la International News Service, recogido en las páginas del diario Crítica de Buenos Aires: “Una nueva estrella ha surgido fulgurante en el cielo radiotelefónico de los Estados Unidos, se llama Carlos Gardel, es argentino y cuando canta hace llorar de amor a las mujeres. Muy popular en Europa y adorado en Sud América, en los Estados Unidos era un perfecto desconocido, por eso es todavía más meritoria su rápida carrera de encumbramiento...” Al respecto de la admiración que despertaba en el sexo femenino, dice el crítico más adelante: “...Su voz cálida, dulce, amorosa y sentimental, se coló por el corazón de todos los que la escucharon, especialmente de las mujeres americanas, a quienes el sabor exótico del cantor de Buenos Aires y de las pampas trastornó completamente...”. Y a continuación, como de una crónica de la actual prensa del corazón se tratara, añade: “...Las lujosas habitaciones del Waldorf Astoria donde para el artista argentino, se vieron invadidos de una multitud de hermosas girls, que deseaban conocer personalmente al cantor y cuando lo conocieron y vieron la enorme simpatía que irradia el astro latino, la admiración se cambió en verdadero frenesí...”. (2) En gran medida, para el público norteamericano y fundamentalmente para las mujeres, Gardel venía a ser el nuevo Rodolfo Valentino, muerto en 1926 y que tantos corazones rompió, incluyendo algún suicidio, como también pasaría a raíz del trágico accidente que terminó con la vida del cantante francés. Continuaremos en la próxima entrega con los éxitos de Gardel en sus presentaciones públicas, viajes y la filmación de sus últimas películas.

(1) y (2): “Historia Artística de Carlos Gardel, de Miguel Angel Morena, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, Argentina.
(N del A) Como habrán podido leer, el crítico norteamericano dice que el cantante es argentino. Esa confusión era bastante habitual y se mezcló luego con una presunta nacionalidad uruguaya. Recordemos que nació en Toulouse, Francia, el 11 de Diciembre de 1890