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Los escándalos que acabaron (o no) con la carrera de políticos estadounidenses

El gobernador Nueva Jersey se siente 'humillado' y se disculpa por 'Bridgegate'
El gobernador Nueva Jersey se siente "humillado" y se disculpa por "Bridgegate"
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

La sociedad estadounidense, tan compleja como previsible en ocasiones, no ha valorado siempre los escándalos de sus políticos de la misma manera. Algunos resurgieron de sus cenizas tras haber tocado suelo, pero otros cayeron a las primeras de cambio. El último que se ha visto envuelto en un escándalo ha sido el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, acusado de provocar un atasco para perjudicar a un alcalde que no había querido respaldarle.

Chris Christie, el republicano mejor situado para las elecciones presidenciales de 2016, ha prometido que depurará responsabilidades tras salir a la luz unos correos electrónicos de una ayudante. En ellos, ordenaba provocar un atasco para perjudicar a un alcalde que no había querido respaldar la reelección del gobernador. Parece un tema menor que no acabará con la carrera de Christie, pero sus acciones se mirarán a partir de ahora con una lupa de mayor tamaño.

El mayor escándalo en la historia de la política estadounidense es el Watergate. Dos periodistas jóvenes pero audaces, Bob Woodward y Carl Bernstein, sacaron a la luz las técnicas sucias que la Administración republicana de Nixon empleaba para espiar la sede del Comité Nacional Demócrata en el Hotel Watergate de Washington. Los intrusos (James W. McCord, Bernard L. Barker, Frank A. Sturgis, Eugenio R. Martínez y Virgilio R. González), conocidos como 'los fontaneros, provistos de guantes, equipo fotográfico, micrófonos y otros mecanismos para escuchas, habían entrado ya el 27 de mayo en estos bloques de apartamentos y oficinas, situados junto al río Potomac. Su misión era obtener archivos de los demócratas sobre las relaciones comerciales de Donald Nixon, hermano del presidente, con el millonario Howard Hughes.

Aquel escándalo acabó con la primera (y única hasta la fecha) dimisión de un presidente de Estados Unidos. El 8 de agosto de 1974, Richard Nixon abandonaba la Casa Blanca. Ford, su vicepresidente, le suplía en el Despacho Oval. Dos meses después, Ford otorgaba a Nixon el indulto más famoso y polémico de Norteamérica.

Los presidentes y el sexo

El sexo ha jugado un papel fundamental en la historia de los escándalos de Washington. El primero de todos se remonta al siglo XIX, con la supuesta relación de Thomas Jefferson, tercer presidente de EEUU, con la esclava Sally Hemmings. En 1802, Jefferson fue acusado de tener un romance con Hemmings, y, de hecho, se le acusó de tener un hijo. Jefferson negó los cargos y se mantuvo como presidente 7 años más. Sin embargo, el debate sobre este asunto se prolongó hasta 1998, cuando una prueba de ADN demostró que Jefferson era el más que probable padre de, al menos, uno de los hijos que tuvo Sally Hemming.

El 'escándalo Lewinsky'

Sin duda, el más mediático de todos los escándalos sexuales fue el 'caso Lewinsky'. Ningún otro escándalo en la historia presidencial puede igualar el sensacionalismo puro que se vivió a finales de los años 90. Mónica Lewinsky y Bill Clinton iniciaron su relación sexual en noviembre de 1995. El escándalo se desató en 1998 después que Linda Tripp, amiga de Lewinsky y confidente grabara todas las conversaciones con la joven en la que esta le contaba detalles de su romance con el entonces presidente de Estados Unidos. Tripp reveló que ella tenía pruebas de la relación extramarital de Bill Clinton y que lo hacía porque no "era un problema de sexo, era un asunto de decir la verdad".

Linda Tripp dio al fiscal Kenneth Starr más de 20 horas de conversación de las confesiones de Lewinsky y desde ese momento, la secretaria de la Casa Blanca se convirtió en la villana del escándalo de sexo más sonado en Estados Unidos y que condujo a un juicio político contra Bill Clinton y la acusación penal de perjurio. Estos son algunos fragmentos de las conversaciones entre el presidente y su becaria que fueron grabados:

"Sé que estarás sólo mañana por la tarde, tengo dos propuestas para ti […] Podríamos tener un encuentro de unos 15 minutos o media hora. Lo que quieras. Sería realmente, realmente así… Mi otra propuesta… quizás podríamos ir a ver una película juntos y hacer algo, no sé, comprar comida para llevar o algo…" (Lewinsky a Clinton).

"Estas son las dos propuesta y no puedes rechazarme porque soy demasiado linda y adorable y pronto ya no estaré aquí [...] Podría quitarme toda la ropa y empeza...bueno....yo se que no disfrutarás eso, verdad? Espero verte más tarde y espero que sigas mi guión con lo que yo quiero hacer", (Lewinsky a Clinton).

A pesar de la grabaciones, de la humillación que vivió Hillary Clinton y de las ambiguas respuestas que dio el presidente (que fue reprobado a través del impeachment), Clinton volvió a remontar el vuelo y acabó su segunda legislatura como uno de los presidentes de Estados Unidos con mayor aprobación ciudadana. Los estadounidenses dieron más importancia a su 'milagro económico' que a sus líos de faldas.

Pero Clinton no fue ni el primero ni el último de los miembros de Washington que se vio envuelto en un escándalo sexual. Franklin Delano Roosevelt, trigésimo segundo presidente estadounidense, tuvo una relación extramarital con la secretaria de su esposa, Lucy Mercer. Aunque su mujer lo descubrió, mantuvo este romance casi toda su vida. Roosevelt pasó a la historia siendo el único presidente capaz de haber conseguido la reelección tres veces seguidas. En los años 40, 50 y 60, la vida sexual de los presidentes era una cosa privada. Los medios norteamericanos raramente se hacían eco de las andanzas fuera del matrimonio de los políticos. Buen ejemplo es el malogrado JFK, considerado un depredador sexual, y cuyas historias solo se hicieron públicas tras su magnicidio.

Grover Cleveland es conocido como el único presidente de Estados Unidos en ser elegido por dos mandatos no consecutivos. Durante su primera campaña electoral, en 1884, fue acusado de haber tenido un hijo ilegítimo diez años antes. Cleveland admitió su culpabilidad y se convirtió en la mofa de la capital, con canción sobre el asunto incluida. Esto no impidió que Cleveland fuera elegido presidente ese mismo año y reelegido en 1892.

Nuevos tiempos, mismos escándalos

Ahora, los tiempos han cambiado, y los temas de alcoba son carne de cañón para los medios. Barney Frank, miembro de la cámara de representantes que se declaró homosexual, fue acusado por alojar en su casa a un prostituto y ponerlo como jefe de escoltas en 1990. El senador republicano apareció en una lista de clientes frecuentes de un 'servicio de acompañantes'. Frank reconoció "su pecado" (como él mismo lo definió) y pidió no solo perdón a su esposa sino también a Dios. A pesar de ello en 1990 y en 1992 fue reelegido por su electorado.

No tuvo el mismo éxito Eliot Spitzer, exgobernador del estado de Nueva York. El 'sheriff de Wall Street' (conocido así por su azote a los brokers y altos ejecutivos de la Gran Manzana) tuvo que abandonar su cargo tras comprobarse que pagó 4.000 dólares a una prostituta. Después se constató que gastó más de 80.000 dólares a lo largo de 10 años por estos servicios.

Gary Condit, miembro de la Cámara de Representantes entre 1989 y 2003 por los demócratas, vivió una historia de amor que acabó en asesinato. Condit tuvo un romance con la becaria Chandra Levi, quien poco después fue asesinada. Condit fue señalado como sospechoso, pero después la policía detuvo a un salvadoreño como culpable del crimen.

Por su parte, Gerry Studds, congresista demócrata, mantuvo relaciones con una menor de 17 años. Al ser descubierto, se negó a disculparse ya que según él, esta situación se había dado de mutuo acuerdo.

Uno de los mayores escándalos sexuales fue el de John Edwards, uno de esos políticos nacidos para sentarse en el Despacho Oval o, por lo menos, ser vicepresidente. El ex aspirante presidencial reconoció haber tenido una relación extramarital y aceptó haber mentido durante su campaña. En agosto de 2008, Edwards confesó en una entrevista ante la ABC News que había sido infiel a su esposa en el 2006 con la cineasta Rielle Hunter, que realizaba documentales para su campaña.

Tampoco Larry Craig, senador republicano, consiguió sobrevivir al escándalo. El periódico estadounidense 'Roll Call' de Washington DC publicó que el el senador había sido arrestado el 11 de junio de 2007 por conducta lasciva en un baño público del aeropuerto internacional de Minneapolis-Saint Paul en el estado de Minnesota. El escándalo le obligó a renunciar ese mismo año.

En 1987, se conoció que Gary Hart tuvo una relación extramarital. En ese momento, era el precandidato demócrata más fuerte para alcanzar la presidencia. El escándalo lo derrotó por completo hasta el punto de renunciar a la candidatura.

Internet, el fin de muchas carreras en Washington

Internet y política forman a veces un cóctel explosivo. Mark Foley, ex congresista republicano, fue acusado de enviar mensajes sexuales a diversas páginas de internet. Los textos eran explícitos, incluso a menores de edad que trabajaban como becarios en el Capitolio durante el 2006. Otro que ha tropezado una y otra vez en 2013 con las redes sociales ha sido Anthony Weiner.

La publicación en la página The Dirty de mensajes y fotografías sexuales de Weiner, candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, con una joven de 22 años, no fue suficiente para que abandonara su cargo. Y no era la primera vez. Dos dos años antes, Weiner ya estuvo implicado en una polémica de este tipo, el llamado Weinergate, por la que tuvo que renunciar a su escaño en el Congreso. Admitió, tras negarlo en varias ocasiones, haber enviado a través de Twitter fotos suyas, desnudo y en calzoncillos, a una joven, y reconoció también haber mantenido contactos "indebidos" con varias mujeres, durante al menos tres años, a través de internet.

Una de espías que casi acabó con el vicepresidente Cheney

El 14 de julio de 2003, el periodista de 'The Washington Post' Robert Novak revelaba en su columna del periódico la identidad de Valerie Plame como agente de la CIA. Lewis 'Scooter' Libby, jefe de gabinete del vicepresidente, Dick Cheney, fue acusado de la filtración y condenado a dos años y medio de cárcel.

Valerie Plame era la esposa del ex diplomático estadounidense Joseph Wilson, quien viajó a Niger por encargo de la CIA en febrero del 2002 para comprobar la posible conexión entre la industria local del uranio y Saddam Hussein. Después del viaje, Wilson escribió una columna en 'The New York Times', afirmando que Niger no vendió uranio a Irak. Ocho días después, Novak reveló la identidad de Plame tras una filtración de Richard Armitage, uno de los 'halcones' del Gobierno de Bush hijo.

El presidente de EEUU, George W. Bush, eximió a Lewis 'Scooter' Libby, de cumplir la pena que le impuso el juez por obstruir la investigación sobre el 'caso Plame'.

Sobornos en la Casa Blanca

El escándalo 'Teapot Dome' de la administración de Warren G. Harding (1921-1923) fue considerado hasta el Watergate "el más grande y el más sensacional escándalo en la historia de la política estadounidense". El secretario del Interior de Harding, Albert B. Fall, aceptó un soborno de más de 400.000 dólares de las empresas aceite Mammoth y Pan America Petroleum para obtener los derechos de arrendamiento a las reservas de petróleo en el Teapot Dome en Wyoming. Fall fue condenado a un año de prisión en 1929.

La presidencia de Ulises S. Grant ha sido considerada en ocasiones como una de las más corruptas. Y razón no le falta a sus detractores. Dos grandes escándalos tuvieron lugar durante su presidencia. Uno de ellos fue el 'Whiskey Ring scandal', que salpicó por sobornos y evasión fiscal a muchos miembros de alto rango de su gabinete (incluido su propio secretario privado). El resultado fue la destitución de su secretario de Guerra, William Belknap, aunque dimitió antes de que pudiera ser condenado. Antes de llegar al poder, Grant se había visto involucrado en el escándalo del 'Credit Mobilie', por el que se acusaba a varios de sus partidarios de llenarse los bolsillos con la construcción del ferrocarril de Union Pacific.

Woodrow Wilson o el pecado de comprometerse

El 'pecado' del vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos no fue el sexo, sino un mero compromiso. Su primera esposa, Ellen Louise Axson, murió en agosto de 1914. Meses después, Wilson se prometió con Edith Galt, lo que fue visto como un escándalo. Los rumores comenzaron a volar sobre el presidente, incluyendo un supuesto complot de asesinato contra su esposa para casarse con Galt. La verdad es que Wilson no conoció a Edith Galt hasta después de la muerte de Ellen.

Fuente: lainformcion.com - Emilio Navarro – 09/01/

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