Berlusconi, expulsado del Parlamento tras 20 años

La notificación oficial se producía después de que el pleno del Senado decidiera en votación que tras su reciente condena por fraude fiscal Silvio Berlusconi no podía seguir en el Parlamento, en el que invariablemente ha ocupado un escaño desde hace casi dos décadas y donde ahora tiene taxativamente prohibido volver a sentarse durante los próximos seis años.

La mayoría de los analistas consideran que, esta vez sí, se trata del fin de la carrera política del tres veces ex primer ministro. Pero Berlusconi, que a sus 77 años ya ha resucitado unas cuantas veces, mostraba ayer su lado más combativo y prometía seguir dando guerra política en calidad de líder espiritual del centroderecha.

"Hoy la izquierda brinda porque han conseguido llevar a su enemigo ante un pelotón de fusilamiento. Llevaban 20 años esperando este momento y están eufóricos", clamaba 'Il Cavaliere' en el mitin que, poco antes de que el Senado votara su expulsión, ofreció ante miles de seguidores a las puertas de su residencia en Roma, en Palacio Grazioli, y que provocó que el centro de la capital italiana quedara cortado al tráfico durante varias horas. "Pero nos volveremos a ver. Estamos aquí, y aquí seguiremos. El líder del centroderecha ya no es parlamentario, pero seguirá siendo líder del centroderecha. Hay líderes de otros partidos que no son parlamentarios, como por ejemplo Matteo Renzi [del Partido Demócrata, de centro izquierda] o como Beppe Grillo [líder del movimiento anticasta Cinco Estrellas]", destacaba sacando pecho.

Siempre reelegido

Berlusconi entró por primera vez en el Parlamento hace 19 años: en marzo de 1994. Desde entonces siempre ha sido reelegido como diputado, y en los comicios de la primavera pasada se convirtió por primera vez en senador. Su expulsión del Senado se ha producido en aplicación de una ley aprobada por el Ejecutivo de Mario Monti el año pasado (con el apoyo, entre otros, del partido de 'Il Cavaliere') y que establece que en el Parlamento italiano no se puede sentar nadie condenado de manera firme a inapelable a más de dos años de cárcel.

A Berlusconi le cayó en agosto pasado la primera condena definitiva y no recurrible de su vida: el Tribunal Supremo le sentenció por un delito de fraude fiscal a cuatro años de cárcel. Es verdad que, gracias a una amnistía y a que es mayor de 70 años, 'Il Cavaliere' sólo tendrá que cumplir un año de servicios sociales. Pero esa condena es lo que ha determinado su expulsión del Senado, lo que conlleva también que pierda la inmunidad judicial de la que disfrutan los parlamentarios italianos y a la cual ha recurrido en varias ocasiones en estos años.

A partir de ahora, si un juez solicita el ingreso en prisión del ex primer ministro ya no tendrá que esperar a obtener la luz verde del Parlamento (y que además que suele pronunciarse en contra) para poder meterle entre rejas. El propio Berlusconi ha comentado en los últimos días que su mayor temor es justo ese: acabar en prisión. "Me han dicho que hay una carrera entre las fiscalías de Nápoles y de Milán a ver cuál me mete primero en el trullo", soltaba en una reunión del grupo parlamentario de su partido. Sus abogados sin embargo rechazan esa posibilidad y la califican de "irreal".

Sabor a mitin

La durísima arenga de ayer de Berlusconi ante sus seguidores se prolongó por más de media hora e incluyo las habituales y feroces críticas a los magistrados rojos, a los que acusó de "abrazar las ideas extremistas del grupo terrorista Brigadas Rojas". Pero, sobre todo, tuvo fuerte sabor de mitin electoral. Como si Berlusconi estuviera convencido -como también lo creen bastantes politólogos- de que no tardarán en convocarse elecciones generales y estuviera dispuesto a convertir una vez más esos comicios en un referéndum sobre su persona.

"Mi padre ha sido expulsado como senador, pero lo que es seguro es que eso no afecta a su liderazgo y a su compromiso. Este país y esta democracia deben de avergonzarse por lo que esta soportando mi padre", aseguraba Marina Berlusconi, hija de y señalada en repetidas ocasiones como posible sucesora política de 'Il Cavaliere'.

"Hoy es un día de luto para la democracia de este país", aseguró Berlusconi en otro momento de su discurso. Lo del luto fue la consigna del día para sus seguidores, hasta el punto de que las senadoras de su partido más visceralmente berlusconianas se presentaron en el Parlamento vestidas de riguroso negro y algunas llevando incluso un brazalete negro en el brazo en señal de duelo.

La otra frase utilizada insistentemente ayer por las huestes de Berlusconi para definir su expulsión del Parlamento fue "golpe de Estado". No sólo la pronunciaron varios de los parlamentarios de 'Il Cavaliere'. "Esto es un golpe de Estado" y "Hoy se expulsa a la democracia", se leía en los cartelitos que muchos de los asistentes a la manifestación a favor de Berlusconi recibían de manos de los organizadores par que los agitaran ante las cámaras de televisión. También delante de la casa de Berlusconi en Roma se colgó una pancarta con la misma leyenda: "Esto es un golpe de Estado", que sin embargo fue retirada por las fuerzas del orden público.

Fuiente: elmundo.es - IRENE HDEZ. VELASCO Corresponsal Roma  - Actualizado: 27/11/2013 22:00 horas