Así lo demostró el preparador físico Andrew Dixon, quien en una columna en The Huffington Post, denunció que muchas de las fotografías utilizadas en la publicidad de productos alimenticios o máquinas de ejercicios son sólo un buen efecto y no responden a una efectividad comprobada.
Para demostrarlo se tomó fotografías –antes y después- en las que primero mostró, con una mala postura, ser un hombre panzón. A eso le agregó un rostro desaseado y la facha de gordo quedó graficada.
Luego, a los pocos minutos, se afeitó, se cortó el cabello al cero y rasuró el torso, luego cambió la iluminación de la habitación, contrajo el abdomen, apretó sus abdominales y logró esos six pack tan deseados.
Los resultados publicados en una columna titulada “Seducidos por la ilusión: la verdad sobre las fotos de transformación”, son impresionantes.
Dixon no es fisicoculturista, pero una buena postura y el juego de luz y sombra permite mostrar sus six pack. Hacerlo con la panza relajada, lo muestra gordo y fofo.
El objetivo de la columna de este preparador físico es advertir a las personas sobre los resultados milagrosos de muchos productos que abundan en el mercado.
“No trates de parecerte a alguien que ves en una foto de transformación. Inspírate, pero no te desanimes si no te ves como esos modelos. Ser engañado para comer dietas bajas en calorías y hacer cardio sin fin es una receta para el aumento de grasa, especialmente en el largo plazo”, dice.